Bailando hacia el gol [MESSI X OCHOA]

9 Música y dinero mucho dinero

Disfruten ✨✨✨
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Después de ese intercambio de miradas Lio pudo percibir el irresistible olor de Guillermo, el delicioso aroma a vainilla se esparció por toda la habitación cuando apenas él entró.

El mexicano se sonrojó al notar como Lio olfateaba su esencia natural.

Se acercó a él.

—Hola señor— dijo Guillermo al acercarse.

—Hola Guillermo— dijo el hombre mayor con un tono serio.

Ambos se notaban bastante nerviosos por la nueva experiencia, para Lio al tener alguien tan cerca bailándole y para Guillermo bailar para alguien tan cerca.

Pero el nerviosismo de Guillermo era más notable.

Se acercó despacio y se subió a la mesa que estaba frente a Lio, comenzó a bailar despacio como le dijo su amigo Lozano.

Su corazón palpitaba fuerte en una taquicardia frenética.

No sabía qué hacía en ese momento, más que un baile, se trataban de movimientos seductores para cautivar a su cliente.

—Hueles a vainilla— fue lo primero que dijo Lio al alzar su mirada y tener a Guillermo tan de cerca.

— ¿Le gusta señor?— contesto al seguir danzando para él.

Lio estaba hipnotizado, tener a ese joven bailando le hacía sentir extraño pero agradable.

Mientras Guillermo continuaba su cautivador baile, Lio no podía apartar la mirada de ese joven. La música de fondo parecía envolverlos, creando una atmósfera íntima y sensual en la habitación. Cada movimiento de Guillermo era una invitación seductora, y Lio se sentía cada vez más atraído por su presencia.

El nerviosismo inicial comenzó a desvanecerse, reemplazado por una creciente excitación. Lio no podía evitar sonreír mientras observaba a Guillermo moverse con gracia y destreza. La química entre ellos era palpable, y el deseo ardía en el aire.

Guillermo se acercó aún más, rozando su cuerpo con el de Lio de manera sugerente. La proximidad física intensificó la tensión en la habitación. Lio acarició la mejilla de Guillermo, deslizando sus dedos por la piel suave y cálida del pecho desnudo de aquel joven.

—Eres realmente talentoso, Guillermo —susurró Lio, con admiración en sus ojos.

Guillermo sonrió de manera seductora y se inclinó hacia adelante, permitiendo un roce entre su miembro y el de Lio.

Esto hizo que el argentino se excitara de una manera repentina.

Pero Guillermo no se detuvo y continúo bailando para él.

En un momento Lio quería tocarlo más pero sabía que se lo impedirían, simplemente se dejó llevar por el goce del momento mientras sentía su miembro completamente duro.

—¿Quiere que me detenga?— dijo Guillermo mientras sentía el miembro grande y duro de Lio en sus nalgas mientras bailaba para él.

—No, no— dijo con esfuerzo — odio ese estúpido pantalón que tienes puesto. Yo ya te hubiera desnudado.

—Gracias señor— dijo el joven — puedo quitármelo si gusta.

—Quítate el pantalón — dijo Lio con fuerza después de poner una buena cantidad de billetes en la mesa.

Guillermo una vez más comenzó a bailar de manera lenta, con total dominio del momento como si tuviera años de experiencia.

Su cuerpo fluía con una confianza irreal, un magnetismo autentico, como si hubiera nacido para seducir con baile.

La habitación parecía detenerse mientras Guillermo continuaba con su cautivador baile. Cada mirada, cada gesto y cada movimiento mantenían a Lio completamente cautivado.

El argentino se encontraba absorto ante tal imagen, sintiendo una energía particular con tan solo ver a Guillermo solo para él.

Pero el joven llevó su danza a un nivel superior, combinando movimientos seductores con una profunda conexión con la música que llenaba esa habitación mientras se quitaba la ropa frente a Lio.

Dando giros que hacían bailar sus rizos, hasta quedar solo una pequeña tanga que dejaba ver su esculpido cuerpo de futbolista y ahora bailarín.

La mirada de Lio era de completo asombro, tenía una fascinación genuina por aquel joven que le bailaba poniendo billetes en la mesa en cada momento.

Estaba claro que este encuentro iba más allá de un simple baile, era una experiencia intensa y llena de emociones.

En un momento de calma, la música se termino. Guillermo se detuvo y un guardia del club entró a la habitación.

—Su tiempo termino — dijo con voz fuerte.

—Quiero estar más tiempo con Guillermo, pagare lo que sea— dijo con voz tímida.

—No es posible señor, Guillermo tiene más reservas.

Guillermo comenzó a vestirse y tomar todos los billetes que Lio dejo en la mesa.

—Ya le dije que pagare lo que sea, quiero estar más tiempo con él.

—Señor, su tiempo término. Venga mañana si quiere volver a estar con Guillermo.

Lio salió de la pequeña habitación y a su encuentro llegaron Rafa y Luka expectantes en saber cómo la había pasado el argentino en la sala privada.

—¿Cómo te fue? ¿Te gusto?— pregunto Rafa.

—Chicos, fue muy bueno. Gracias Luka por hacer la reserva.

—Me alegro que lo disfrutaras.

—Estoy pensando en venir mañana.

La risa de Rafa y Luka fue un momento de espontaneidad, no esperaban que Lio se sintiera tan bien en la sala privada y por un momento pensaron que lo decía de broma.

—Chicos, lo digo en serio. No se rían, quiero volver a ver a Guille bailar.

Así los tres continuaron charlando y bebiendo mientras veían a otros hombres bailar.

Cuando Guillermo entró al camerino no podía creer lo que había vivido. Le había bailado al dos veces campeón del mundo.

Se sentía honrado de haber tenido a Lio tan cerca y pidiendo más de los bailes de Guillermo.

—¿Que sentiste al bailarle a Lio?— pregunto Lozano mientras se preparaba para salir al escenario.

—Maravilloso, no solo por bailar en el privado. Le baile a Lio y hasta quería más tiempo pero uno de los guardias le dijo que no.

—Regresara a verte— dijo su amigo convencido.

—¿Tú crees?

—Claro amigo, quería verte más tiempo. Seguro regresa. Bueno debo irme es mi turno de entrar al escenario.

—Sí, yo debo hacer más privados.

La noche continúo y aunque Lio disfrutaba de todo el ambiente y los hombres bailando frente a él, en ese momento solo quería volver a ver a Guillermo cerca, oliendo su delicioso aroma a vainilla.

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Los amo💖

Besitos de vainilla para todes<3