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Edirne

Alex había viajado, aquella vez había platicado un poco más con Ibrahim, la atención que él le daba le gustaba, pero no era suficiente como para quedarse.

Su objetivo fue, era y debía ser únicamente conocer, el amor era algo que no podía permitirse.

Respiraba el aire maravilloso de aquel lugar, era cierto lo que decían, era un lugar hermoso, había pasado por el palacio de caza del príncipe y era algo extraordinario.

Preparaba uno de los platillos con ayuda de una mujer que le estaba enseñando a preparar la comida típica de ahí.

Mientras miraba a la mujer, la joven dama de compañía llegó con un cilindro en sus manos.

—Elena, te ha llegado una carta— dijo con tranquilidad, ya se había acostumbrado a llamarla Elena, aunque en el fondo aún se sentía un poco extraño al hacerlo.

Alex tomo la carta y la dejo en su cuarto sobre la cama, después regresó a la cocina y continuaron con lo que estaban.

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Mas tarde Alex entro a su habitación, estaba preocupada desde que llego la carta debido a que nadie se suponía que sabía dónde estaba, como es que había llegado hasta ahí una carta en específico para ella.

"Hola, querida

Te preguntaras como es que conseguí tu dirección actual como para enviarte una carta, pues te lo diré, tengo algunos contactos que me ayudan, no quiero que te sientas e incómoda con ello, únicamente les pedí que enviaran una carta a tu dirección, quería saber más de ti, espero que vuelvas en algún momento a Manisa, podríamos viajar juntos si te apetece.

En fin, lo único que quería saber es si te molesta que mande cartas para ti, me gustaría que me contaras como te va y que es lo que más te gusta de tu nuevo lugar de residencia.

No voy a mentirte, cautivaste no solo mi mirada sino también a mi corazón, quiero saber más de ti, quiero saber si en tu corazón cabe alguien más que tus hermanos, me gustaría ser parte de tu vida.

Si tu permites que te mande cartas responde esta, si no lo quieres entonces manda únicamente un pergamino en blanco, entonces sabre que debo alejarme, espero tu respuesta y estaría encantado de tener noticias tuyas."

Alex cerro la carta, sonrió por un momento después de que la preocupación se había ido, aunque aún seguía un poco pues ahora sabía que eran tan poderosos que para ellos era fácil conseguir una dirección con unos cuantos favores.

Salió de la habitación pensando en que haría ahora, tenía que pensarlo muy bien si quería que aquel hombre supiera de ella y más aún si dejaría que aquel juego avanzase arriesgándose a que algo más pasará.

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Manisa

Ibrahim caminaba por el palacio mientras buscaba a la Kalfa del harén para que hicieran una fiesta para entretenimiento del príncipe, uno de los mensajeros llego con una carta, —Ibrahim de parga, le ha llegado una carta— dijo con calma.

Él tomo la carta y la guardo en su caftán, continuó con su tarea y después fue a sus aposentos y abrió la carta un poco nervioso pues sabia de quien venia.

Rosas Y EspinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora