Capítulo 19 - Deshielo

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Lyanna

Dean todavía tiene el brazo vendado, pero en su rostro se extiende la sonrisa seductora y soberbia de siempre. No me sorprende, después de todo la Legión se especializó durante años en "arreglar" a los soldados que tenían la suerte de sobrevivir para que vuelvan a ser funcionales para otras batallas. Si bien una herida de bala no está dentro de los tratamientos más comunes, me sorprende que los isleños hayan progresado tanto gracias a los voluntarios y las experimentaciones de Hanji.

—Por favor, Lyanna, dime que cuando volvamos Dean ni siquiera va a ser alguien importante dentro de nuestro nuevo mundo —comenta Jean-Paul con una sonrisa.

Nuestro nuevo mundo... Así es como fantaseábamos llamarle a nuestro orden, a nuestra victoria. Al fin de los mundos.

—Tengo una herida de guerra, ¿y así es como me agradeces, pedazo de mierda? —cuestiona Dean, extendiendo el brazo a modo dramático.

Jean-Paul pone los ojos en blanco y continúa colocando las mezclas de distintas plantas y compuestos en frasquitos para guardarlas en la vitrina. Jamás hubiese pensado que él sería tan inútil como para ocuparse de la enfermería de los voluntarios. No es por desestimarlo, pero la realidad es que siempre fue más útil en Los Restauradores para encargarse de los armeros y escondites.

Eren me mira con disimulo. Entiendo lo que quiere decir: si volvemos. Todavía no tenemos ninguna certeza de que pueda activar El Retumbar, ni tampoco de que la Isla Paraíso nos ayude a descubrirlo a tiempo. Su única carta sigue siendo esperar a que Historia finalice su embarazo para que se haga con mi poder.

No confían en mí. Ni en ninguno de nosotros.

—¿Cuándo vas a poder recuperarte, Dean? —pregunta Eren, mirándolo con ojos serios.

En vez de contestar, Dean mira a Jean-Paul con incertidumbre.

—¿Un mes? No lo sé, les recuerdo que no soy doctor. —Se encoje de hombros. —La bala no rozó el hueso, pero aun así no sé con certeza si provocó otro tipo de daños.

Eren mira el brazo de Dean con decepción.

—Es bastante tiempo... —dice casi para sí mismo. —Pero bueno, intenta descansar lo más posible ahora que puedes, porque cuando pase un mes voy a necesitarte más que nunca. Tenemos a Yelena y su grupo metido en la Policía Militar, y a Floch en la Legión de Reconocimiento. Necesito a alguien de confianza en las Tropas Estacionarias.

—Puedo incorporarme ahora mismo si es necesario —responde Dean, con un semblante determinado.

—No, lo lamento, pero nadie quiere a un lisiado en una rama militar. —Eren me mira en busca de complicidad. Yo asiento. —Recupérate. En cuanto a ti, Jean-Paul, ¿has progresado con tus tareas?

—Sí. He estado hablando con Yelena sobre algunas mezclas interesantes... —Dean se acerca hacia nosotros y nos mira con seriedad. —Pensamos que Zackly podría ser un buen blanco para probarlas... Pero también sería un poco obvio dado el momento.

Asiento para darle la razón. No sirve de nada matar a Zackly sin un propósito claro. Lo único que lograríamos es que nos encierren a todos y nos maten.

—Tú sigue experimentando. También he pensado... Bueno, no lo sé. —El cuello de Dean se tensa mientras sus ojos escapan nuestras miradas. Cuando se decide, se relame los labios con nerviosismo y nos mira con seriedad. —Ya saben que leía todos los informes de Marley. Concretamente los que estaban relacionados con sus guerreros y sus técnicas militares.

Tan libres como lobos hambrientos [3] ✔Where stories live. Discover now