Luna de Plata - Omegaverse 국민 [KookMin]

Capítulo 9: No soy tu destinado

Ambos regresaron a la cabaña con sus ropas en sus hocicos mientras caminaban a un mismo paso. 

Dejaron sus prendas el el portico de la casa y caminaron hasta la orilla del río, donde el lobo negro observo como el lobito blanco se acosto frente a el y cerro sus ojitos dispuesto a descansar. Algo le decía que el omega se sentía agotado, pero tal vez no era solo físico.

Se acercó a su cuerpo y se echó a sus espaldas, manteniendo una distancia nula entre sus anatomías; JiMin al sentir el calor del alfa sonrió en sus adentros y levantó su cabeza la cual quedaba bajo la del alfa, para lamer su cuello.

Kook sonrió y le devolvió el gesto. Se acomodó de forma que su cabeza quedó sobre el lomo de su compañero.

Algo que sentían ambos era la tranquilidad y plenitud que sentían al estar juntos, uno olvidando aquella soledad que lo acompañó desde adoleste, mientras que el otro sintiendo como por fin podía estar completo.

Solo que esa tranquilidad no duro demasiado al momento en que cierto lobito negro se le ocurrio gastarle una travesura al omega. Con mucha fuerza luego de haberse incorporado, empujo el cuerpo de lobito al lago, para luego aullar y celebrar su travesura.

Fue cuando vio como el lobo contrario estaba luchando por tratar de salir, percatandose que tal vez no fue buena idea. Con angustia y desesperación se lanzó al río y nadó hasta él para montarlo en su lomo y poder sacarlo de ahí. Algo que no logró al sentir como era  hundido.

Luego de unos segundos salió a la superficie y respiró pesadamente, viendo como el lindo omega sacudía su cola por debajo el agua, con sus patas salpico agua mojando el hocico del lobito que estaba muy alegre y eso solo fue el comienzo de una guerra entre
ellos por ver quién salpicaba más agua.

En la aldea uno de los alfas del consejo era seguido por su familia, su hijo alfa y su esposa omega de último. Los dos primeros caminando con prepotencia y la linda omega con su rostro gacho y sus manos sujetas en el frente.

El alfa de esa manada se detuvo frente  a la puerta de la única casa blanca en el pueblo, tocando con fuerza la madera de esta.

JiSeok miró hacia la puerta al estar bajando las escaleras, mientras que su esposo se asomó por la entrada de la cocina, ambos sintiendo el aroma de tres lobos, dos mucho más fuerte que el otro más sutil.