La Musa de Venus | Jenlisa

II. Lady Venus

Había pasado una semana ya de la fiesta de cumpleaños de Roseanne en Frenesí y a medida de que los días pasaban la imagen de aquella bailarina no salía de mi cabeza.

Me encontraba en casa, incapaz de concentrarme en nada más que ella. Miraba los libros de llenos de bocetos con anotaciones en mi escritorio y no podía lograr leer más de un párrafo. No podía evitar recordar cada movimiento seductor, cada mirada penetrante que la bailarina me había dirigido aquella noche.

Finalmente, no pude resistir más y tomé una decisión. Necesitaba volver al club Frenesí, aunque sabía que era peligroso. La atracción que sentía por ella era demasiado intensa como para ignorarla. A pesar de todos los riesgos, algo en mí me impulsaba a verla nuevamente.

Tomé rápido mi bolsa y me dirigí a la universidad donde sabría que estarían las chicas y quizá ellas podrían ayudarme a volver al club.

A pesar de mi joven edad, a los 16 años ya me encontraba en la universidad, gracias a años de esfuerzo y dedicación. Siempre había sido una estudiante ejemplar y con mucha facilidad para aprender, motivada por un deseo constante de avanzar en mi carrera de diseñadora de modas. Mi familia o mejor dicho mi madre estaba orgullosa de mis logros académicos y siempre me habían alentado a perseguir mis metas.

En ese momento, mientras me dirigía a la universidad, me di cuenta de que mi vida estaba a punto de tomar un rumbo inesperado, alejándome de la seguridad de los libros y las aulas. No sabía cómo iba a lidiar con la atracción que sentía, pero estaba decidida a descubrirlo. Mi mente estaba llena de incertidumbre mientras me acercaba al campus, pero sentía la profunda necesidad de continuar con lo que quería.

— ¿Jennie? — escuché a Yunjin hablar. — ¿Qué haces aquí? Nuestra clase es como en tres horas. — me miró extrañada.

— Justo las estaba buscando. — dije aliviada acercándome a ella para saludarla con un abrazo.

— ¿Qué pasa? — entrelazó su brazo con el mío y caminamos hasta las mesas de la cafetería.

A lo largo pude observar a Jisoo y Rosé charlando mientras nos acercábamos a ellas.

— Hola Jen, ¿por qué vienes tan temprano? — dijo Jisoo mientras Rosé asentía esperando mi respuesta.

— Necesito volver a Frenesí dije sin más. — ganando la atención de las tres.

Jisoo, Yunjin y Rosé intercambiaron miradas de sorpresa, evidentemente desconcertadas por mi declaración. Después de todo, no les había contado acerca de mi inesperada atracción hacia la enigmática bailarina del club Frenesí.

Yunjin fue la primera en romper el silencio.

— ¿Te gustó mucho ese ambiente? ¿Eh? — Jisoo y Rosé rieron.

— Esto es en serio. — dije seria.

— Jennie, ¿qué quieres hacer allá? Ya sabes lo peligroso que puede ser ese lugar. — explicó Jisoo.

— Además eres menor de edad. — agregó Rosé.

Asentí con determinación, mirando a mis amigas. — Sé que es arriesgado, pero no puedo sacar a la bailarina de mi cabeza. Necesito verla de nuevo, hablar con ella. ¿Pueden ayudarme a entrar de nuevo al club?

Rosé me miró fijamente a los ojos mientras le daba un sorbo a su café frío. — Jen, solo prométenos que tomarás todas las precauciones necesarias para mantenerte a salvo. No quiero que te metas en problemas y consigo a eso nos metas a nosotras también en ellos.

Asentí agradecida de que mis amigas tuvieran esta actitud sobre protectora hacia mí, me sentía afortunada de tenerlas conmigo.

— Lo sé, lo sé. — rodé los ojos. — Nada de alcohol, ni hablar con extraños y mucho menos aceptar algo de ellos. — reí.