V. La Verdad Duele

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La velada al día siguiente en celebración a mi cumpleaños se convirtió en una reunión donde Yunjin, Jisoo y Rosé me consolaban por lo sucedido el día anterior.

Los días pasaron y Lisa intentó contactarme un par de veces, aunque yo preferí no responderle.
La situación se volvía cada vez más dolorosa.
Cada mensaje no contestado pesaba en mi conciencia, pero necesitaba tiempo para procesar lo que había sucedido.

Para mi suerte y la de mi depresión mamá había salido de viaje durante un par de días y estaría sola en casa sin necesidad de fingir estar bien cada que ella me viera.

No hacía más que pensar en ella día y noche, tratando de comprender las razones detrás de sus acciones y lidiando con la tormenta emocional que había desencadenado en mí.

Luego de un tiempo de reflexión me di cuenta que había oscurecido y finalmente el día se acababa.

Escuché mi celular sonar y despreocupada lo tomé creyendo que se trataba de mamá.

— ¿Puedes salir de tu casa? — era la voz de Lisa.

Mi corazón latía con fuerza mientras consideraba si debía responder y me arrepentía de no haber visto quié me llamaba. Finalmente, decidí enfrentar la situación y con un suspiro, le respondí,

— ¿Para qué?

— Estoy fuera de tu casa.

Miré por la ventana de mi habitación y quedé sorprendida por su presencia.
Ella estaba ahí afuera, dentro de la camioneta. Aquel vehículo era difícil de olvidar. 

Salí de casa con cautela, encontrándome con Lisa junto a la camioneta que alguna vez simbolizó aventuras compartidas. Sin decir palabra, ella me miró a los ojos, buscando respuestas.

Lisa optó por un atuendo sencillo pero formal. Vestía unos pantalones de tela negra y una blusa blanca de mangas largas, bien planchada. Su cabello recogido en un moño desordenado le daba un toque de pulcritud, y unas botas de plataforma completaban el conjunto sin restarle elegancia. La simplicidad de su apariencia dejaba espacio para que yo pensara dejar las cosas en el pasado por lo bella que se veía en este momento.

Finalmente, rompió el silencio.

— No vuelvas a desaparecerte de esta manera. — de repente sentí sus brazos envolviéndome en un abrazo.

El abrazo de Lisa me tomó por sorpresa, pero sus palabras resonaron en mi interior. La tensión que había llevado conmigo se disipó momentáneamente.

— Te he extrañado mucho. — noté sinceridad en sus palabras.

— ¿Por qué has venido? — dije ignorando sus anterior comentario.

— Porque no he dejado de pensar en ti.

Lisa me miró con determinación, sus ojos buscando los míos en busca de comprensión.

— Necesitamos hablar, aclarar las cosas. No quiero que todo termine así. — agregó mientras yo solo la escuchaba.

Mis emociones se mezclaban entre la confusión y la necesidad de respuestas. Aunque una parte de mí quería cerrar ese capítulo, otra estaba dispuesta a escuchar lo que Lisa tenía que decir.

— No puedo seguir así, no sin entender lo que pasó entre nosotras. — sus palabras eran honestas, y pude sentir la vulnerabilidad en su voz.

La Musa de Venus | JenlisaWhere stories live. Discover now