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En una mañana, tan pacífica y tranquila,
con un sol radiante y un precioso cielo de tonalidades naranjas y amarillas,
el día comienza en su maximo esplendor

La gente de una pequeña villa salía de sus casas para ir a trabajar y traer dinero a sus casas.
Los locales empezaban a abrir y la gente se detenía a comprar lo necesario para sus casas.

Era una fresca mañana, y la brisa del viento soplaba suavemente, acariciando el rostro de un hombre moreno, alto y robusto, con rastrojo de barba tipo candado, de complexiones musculosas y dotadas.
Pelo negro, largo y liso, con una pequeña cebolla detrás de su cabeza que sostenía la longitud de su pelo.

Aquel hombre cargaba bastantes caja de madera mientras la llevaba a una vagoneta de madera.

-Muchas gracias por su ayuda, señor Hasashi.- Habló una anciana, aparentemente de 76 años ya que su rostro tenía muchas arrugas.

-Estamos a sus ordenes, señora.- Responde el hombre de complexiones musculosas.

Detrás de ambas personas venía un chico alto y delgado, caucásico.
Pelo negro, corto y peinado hacia atrás, con un piercing en el pómulo izquierdo.

Sostenía varias cajas de madera pero por su expresión, se notaba que no podía resistir más el peso de las cajas.

Y sin más, dejo caer las cajas al suelo mientras inhalaba y exhalaba con rapidez, recuperando el aliento.

Hanzo se acercó al chico mientras ponía su mano en el hombro del contrario.

-¿Estás bien, Takeda?- Pregunta con una voz sería, expresando algo de preocupación por el de pupilas marrones.

-Si..- Responde el menor mientras seguía recuperando aliento.

Hanzo cargo las cajas que traía Takeda y las llevo a la vagoneta, se despide de la señora y la carretilla jalada por un caballo empieza a andar.

-Lo lamento, pero todavía no estoy acostumbrado a cargar mucho peso.- Dice Takeda, mirando de reojo con pena al mayor de ambos.

-Si.. no te preocupes, es mi culpa por pedirte que cargaras más peso del que puedes resistir.- Ambos empiezan a caminar mientras hablan.

-Me comprometeré a aumentar mi fuerza, maestro, por el clan y por mi.- Responde el joven, sonriendo ligeramente.

Algo que admiraba Hanzo de su estudiante, Takeda, era su determinación para lograr todo lo que se proponía.

Y algo de lo que siempre recordara, fue la madurez que logro Takeda con el paso de los años, ya que cuando Kenshi recién lo trajo al clan, era un chico rebelde e irrespetuoso tanto con los miembros del clan como con Hanzo.

Estaba orgulloso de lo que el chico se había vuelto al día de hoy.. Un ninja respetable, y aunque a veces pueda fallar, siempre mantendrá su vista enfrente, superando cualquier obstáculo que se le interponga.

[•••]

En el templo Shirai Ryu, y después de terminar el entrenamiento, cada uno de los ninjas salio del templo, con disposición a irse a sus casas, a excepción de Takeda.

El joven buscaba a su maestro, con la intención de mostrarle algo que recibió.

Fue a los jardines de fuego y ahí lo encontró, se encontraba con una regadera de mano, regando con agua las flores que estaban en unas macetas.

𝙹𝚞𝚜𝚝 𝙳𝚘 𝙸𝚝! || ꜱᴜʙ-ᴢᴇʀᴏ x ꜱᴄᴏʀᴘɪᴏɴ EN PAUSAWhere stories live. Discover now