𝙹𝚞𝚜𝚝 𝙳𝚘 𝙸𝚝! || ꜱᴜʙ-ᴢᴇʀᴏ x ꜱᴄᴏʀᴘɪᴏɴ EN PAUSA

5

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Al día siguiente, y después de una noche de fiesta, cada uno de los guerreros habían vuelto a sus respectivos mundos.

Raiden apareció en el templo de los cielos, junto a Hanzo, Kuai, Bi Han, Frost y Takeda.

Hanzo tenía cargado como costal de papas al joven Takeda, mientras que Kuai cargaba entre sus brazos a la chica Frost.

No, no estaban dormidos.. sino todo lo contrario.

— M-maestro.. *hip* — Susurra la peliceleste mientras pasa sus dedos por el cabello de Kuai. — Yo lo *hip* quiero musho.. y como lo quiero musho musho musho, me gustaría darle un enorme beso en la *hip* frente.. —

Frost se extiende un poco hacía la frente de Kuai, más este no hace nada.
Sin embargo, Frost vuelve a recostarse en los brazos de Kuai, y niega exageradamente con la cabeza.

— No no no no y no, no caeré ante sus *hip* encantos, yo tengo n-novio y siempre *hip* le seré fiel a ese cabroncito.. —

A cómo pudo, Frost busco con la mirada a Takeda, y luego de verlo extendió su mano para tomar la de el, pero la mano que tomo fue la de Hanzo.

— Te *hip* a-amo mucho pimpollo.. —

— Y y-yo a ti *hip* mi Elsa de frozen.. — Habla Takeda

Despues, Frost y Takeda caen en un profundo sueño, mientras que todos los que vieron esa escena quedaron con un rostro que expresaba una enorme incomodidad.

— Prohibido que se acerquen a las botellas de licor sin supervisión.. — Dice Kuai mientras mira a ambos jóvenes que ahora estaban dormidos en los brazos de los ninjas.

— Son jóvenes, a esa edad no conocen sus límites pero es bueno que ahora ya lo sepan y puedan moderar su consumo a futuro. — Habla el dios del trueno, mirando a todos.

El trío de ninjas hacen una reverencia frente a Raiden.

— Le agradecemos mucho por lo que hizo por nosotros. — Dice Bi Han con un tono que expresa total respeto ante Raiden.

Raiden también hace una pequeña reverencia, y luego de que ya no tuvieran nada más de que hablar, los ninjas empezaron a bajar las escaleras, para irse a sus respectivos clanes.

[•••]

Había un pequeño ambiente de incomodidad que rodeaba a los ninjas. Ninguno decía palabra alguna, y el que ya no pudo resistir fue Bi Han.

— Me adelantaré. —

Y sin dejar que respondieran los otros dos ninjas, Bi Han empezó a correr y adentrarse hasta el fondo del bosque, dejando a Hanzo y Kuai solos, mientras seguían el camino.

Pero aquella sensación no desaparecía, porque el problema era de Hanzo y Kuai, quienes apenas se miraban durante el trayecto, más sin embargo no se iban por diferentes caminos porque tenían temas que hablar.

— ¿Tu sabes como funciona este aparato? — Rompe el silencio el ninja de fuego.

Kuai voltea a verlo, notando como el contrario le mostraba un teléfono celular.

— Sinceramente no, y no necesito uno, no sé porque Johnny nos lo dió. —

Ambos volvieron a callarse, a la vez que ese incómodo silencio volvía a rodearlos.

De pronto, Hanzo volvió a hablar.

— Escucha, de verdad que no era mi intención abandonarte.. —