Capitulo 64

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Ya había oscurecido, el sonido de los grillos podía ecsucharse afuera del restaurante, las estrellas brillaban con fuerza en el cielo y la luna no podía verme más hermosa que en ese momento, finalmente era hora de descansar

- Tenemos una charla pendiente Margo -

Descansar para la pequeña Delia, porque para las dos personas que se encontraban limpiando la cocina eso aún debía de esperar

- ¿Porque tenías esa actitud tan extraña en la enfermería? ¿Paso algo? - Preguntó el adulto una vez dejo las hoyas cerca del lavabo para que la muchacha comenzara con su limpieza

Debían aprovechar ese momento en que no se encontraban Delia ni Charlie o el sobrino de Hugo para poder hablar

- ¿Que acaso no puedo solo ser feliz y ya? - Bromeo un poco ella con una sonrisa despreocupada a la par que activaba el cristal turquesa del lavabo

- Margoth -

- Está bien, está bien, mira, sabes que a mí no me gustan las iglesias por todo ese asunto del monasterio y esas cosas, ¿No? - Explico empezando a tallar la mugre de la hoya

- Si, se algo al respecto - Afirmó el mayor cruzándose de brazos sin querer indarar mucho en ello

Sabía lo mucho que Margoth odiaba tratar ese tema...

- Me alegra que lo sepas, porque aún sabiendo eso te atreviste a dejarme ahí abandonada - Recriminó con un bufido que hizo rodar los ojos al mayor, sabía que ella le reclamaría eso tarde o temprano - Bueno, a dónde iba, estuve molesta las primeras cuatro o cinco horas, tanto que incluso ese Laico que me estaba atendiendo fue a buscar a un Sacerdote por qué creyó que su magia no era lo suficientemente fuerte como para hacer la Limpia de residuos Magicos - Explico mientras vertia algo de jabón en la hoya y hacía espuma

- ¿Ese ayudante no pudo hacer bien su trabajo? - Preguntó burlón Hugo con una sonrisa sarcástica en su rostro

- No le llames así, son Laicos, no Ayudantes - Corrigió la joven, girando su rostro para ver al mayor, quién le devolvió la mirada incrédulo

- Y me corrige la atea -

- Oh no, ahí te equivocas, odiar las iglesias y todo lo que tenga que ver con ellas no me hace odiar a la Gran Santidad nuestra Justa y Benevolente Diosa Bahari, ella no tiene la culpa de nada aquí - Apunto mientras volvía a su labor

Hugo no comento nada al respecto, aún y cuando aquello no tuviera sentido para el, si uno es tan creyente de un Dios, ¿Porqué odias a su iglesia? Si se supone que es ahí donde se reúne la misma gente para venerar al mismo dios...

¿Saben que? El no se meterá en esos temas, bien lo decía su madre, cada loco con su tema

- Pero ya, no me interrumpas Hugo, ¿Quieres saber o no el porque de mi felicidad? ¿Uh? - Margo había vuelto a la conversación mientras refunfuñaba

- Adelante, no te interrumpo más - Le cedió la palabra, de lo contrario nunca terminarían con ese tema

Ambos eran tan tercos con sus creencias que podrían pasársela noche entera debatiendo y defendiendo sus puntos de vista

- Mh, bueno al caso, después de que llegara el Sacerdote, yo... -

<<Margoth bufó al ver cómo frente suyo se sentó un joven con túnica blanca y un lazo de un tono azul claro que reposaba sobre su hombro izquierdo y caía hacía la derecha

- Ya estoy bien - Declaro sin dejar de mostrarse disgustada ante la presencia del joven de mirada tranquila

- Y no lo dudo, solo vine a revisar el trabajo del joven Alec, el parecía angustiado de no haber hecho bien su trabajo - Afirmó este mostrando una sonrisa amistosa, una acción que disgusto aún más a la joven sirvienta

¿Villana? Ella es de todo menos una villana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora