Capítulo 73

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Pasaron toda la tarde encerrados en los calabozos, Tom se encontraba inmerso en terminar las maldiciones en las celdas y Delia concentrada tratando de copiar los dibujos que conformaban la maldición y haciendo una que otra pregunta a su profesor

No por que tuviera dudas en como hacer la maldición, solo que se encontraba aburrida por tanto silencio y falta de movilidad

- Señor Tom, ¿Usted alguna vez a soñado que vuela? -

- No - Respondió de forma tajante para después seguir murmurando sin perder su concentración

- ¡Yo si! ¡Una vez soñé que podía volar, iba tan alto, pero de repente había empezado a caer! Pues resulta que me desperté en el suelo, me había caído de la cama, jeje - Comento con gracia la niña mientras comparaba a ojo el dibujo que hizo con el que le dejo su profesor

- Fascinante -

Pasaron unos minutos en silencio, la niña concentrada en el dibujo y el mago en murmurar las oraciones que se requerían para completar la maldición

- ¿Alguna vez ha visto un tren señor Tom? - Preguntó otra cosa, girando la cabeza para ver si de ese modo su dibujo podía ser más similar al dibujo de su profesor, pero no fue así - Yo siempre quise subirme a uno, pero no sé donde existan los trenes -

- ¿Un tren? - Preguntó el mago con el ceño fruncido, ya había acabado la maldición en la celda por lo que iba hacia la siguiente, en lo que se trasladaba, decidió contestarle a la mocosa - Tengo entendido que en el territorio de los Enanos tiene un tren - Respondió a la par que recordaba como en un puesto de periódicos que vio hace un buen tiempo se anunciaba la extracción y traslado de minerales de cuevas y montañas hacía las provincias de los Enanos

- ¡¿De verdad?! - Grito la niña que sin querer volcó por accidente el frasquito de tinta por la impresión - Oh-oh... - Intento arreglar el problema, pero empeoró aún más 

- See... Esos malditos bastardos, lo que no tienen de altura lo compensan en artesanía e ingenio - Comento el mago de forma vaga mientras volvía a mojar la punta del pincel con la tinta maldita - Oh magia maldita de la infinita oscuridad... - Empezó nuevamente a murmurar

- Woow, señor Tom, si algún día vamos de viaje con el señor Hugo y con Margo, ¿Cree que podamos ir a ver el Tren de los enanos? ¡Siempre quise ver un tren! - Pidió la pequeña con la emocion brillando en sus ojos, a diferencia de sus manos, que estaban manchadas con la tinta derramada en el papel y parte del suelo

En verdad hizo un desastre...

- Creí que querías subirte - Comento sin despegar su mirada de los trazos que hacía - ... debilita al ser que toque tu esencia... -

- Bueno si, pero si no me dejan subir, entonces está bien si solo puedo verlo, ¡Y tal vez también tener una foto para el recuerdo jeje! - Afirmó sin perder su sonrisa

- ¿Una foto? ¿Y con que pagarás eso? ¿Con tus riñones? Esas mierdas cuestan una fortuna, no vale la pena, además, nada te garantiza que saldrá bien a la primera, es un desperdició de dinero - Desistió a la idea mientras negaba - ¿Dónde me quedé...? Oh sí... Roba su fuerza, llévalo al infinito mundo de la inconsciencia, oh magia maldita del profundo abismo, tu única existencia primordial y ancestral... -

- ¿Tener una foto es tan caro?... Ugh, que mal... Pero puedo dibujarlo, ¿No? ¿Los enanos me cobrarán si quiero dibujar el tren? - Preguntó con genuina duda la niña, observando de reojo el desastre ocasionado

Está vez Tom no respondió, solo siguió murmurando oraciones inentendible con su voz profunda y concentrada en cada uno de sus pincelazos

- Mh... Hace mucho no dibujo... - Exclamó la pequeña, quién mientras miraba sus manos manchadas y la hoja arruinada por la tinta esparcida, decidió tomarse un descanso del desastre que hizo y dibujar un poco con sus dedos

¿Villana? Ella es de todo menos una villana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora