Capítulo 19

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El lunes, a primera hora, se llevó a cabo la junta para reanudar labores en ILIA y se repartieron tareas para esta semana, todo relacionado a la reevaluación de contratos.

La reunión concluyó a las 12:40 y casi todos los presentes salieron corriendo, con excepción de Alexey y de mí.

—¿En serio no piensas hablar conmigo? —preguntó cuando nos quedamos solos.

—Eras tú el que no me hablaba.

Desde esa última discusión cuando Kim se fue de la Mansión, no habíamos vuelto a dirigirnos la palabra y esta vez fue culpa de ambos, ninguno había querido ceder.

—No me gusta para nada esta situación.

—No vamos a poder resolverlo si no decidimos qué hacer con nosotros.

—Tú nunca me has dicho qué quieres.

Me puse de pie y tomé la carpeta que me dieron en la junta.

—Mira, podemos seguir casados y día a día solucionar nuestras diferencias, pero sin terceros, hablo de Mijaíl y Kim, o divorciarnos y abrir un mundo de posibilidades, y tú y yo no nos volvemos a ver. No tenemos más opciones.

—Janette...

—Búscame cuando decidas qué hacer —dije camino a la salida y sin detenerme.

Volví a mi oficina y lo primero que hice fue enviar el correo al licenciado Pereyra, solicitándole concertar una cita lo más pronto posible.

Mientras terminaba de hacer el trabajo de hoy, recibí una respuesta.

Dice que estará en México la próxima semana y podemos vernos. Eso me quita cierto peso de encima.

El resto de la semana, me dediqué a responder entrevistas y firmar algunos trabajos que Gala redactó, para que pareciera que también eran trabajo mío, si bien estoy tomando reconocimiento que no me corresponde, todo es por esta empresa y los únicos beneficiados serán ellos.

Klaus y Eva me ayudaron mucho explicándome a detalle en qué consistirá la evaluación a la que ya le tenemos que dar fecha.

Básicamente es como pedir una ciudadanía.

El viernes, salí temprano de ILIA, avisé que ya no iba a volver sino hasta mañana y fui directamente a la dirección que me envió la persona que me citó hoy a las 6 de la tarde.

Es un departamento en un zona ni muy cara ni muy pobre, aunque muy decente y segura, evidentemente.

Me recibió en cuanto llegué y quiso tomar el té en el balcón.

No conocía este lado de la ciudad, es muy tranquilo y agradable. Se encuentra alejado de todo el bullicio.

—Te agradezco que vinieras —me dijo Lika al tomar asiento.

—No hay de qué.

—También te debo que hayas convencido a Mijaíl de verme, no tengo cómo pagártelo.

—No es necesario —bebí un sorbo—, usted es su madre, algún día la iba a tener que ver.

—Es que..., esperaba que las circunstancias fueran mejores.

—En más de veinte años no se le ocurrió nada —señalé.

Ahora que lo pienso, no estoy segura de qué edad tiene Mijaíl, pero sé que su madre los dejó cuando no tenía ni un año de nacido.

—Yo nunca quise abandonar a mi hijo —se defendió igual que la última vez.

—Quien tiene que escucharla, y si quiere, es Mijaíl, no yo.

—Te equivocas —al decir eso, despertó mi interés—. El motivo por el que dejé a mi familia te incumbe mucho más de lo que piensas.

Enaltecí la cabeza.

—Dígamelo.

—... —expresó tristeza—. Es que fue por alguien muy cercano a ti.

Creo que ya sé para dónde va.

—Si está hablando de Alicia...

—No fue ella —me interrumpió—, fue tu padre, Lucas.

Enserié.

—¿Él qué tiene que ver con usted?

—Conmigo nada, pero por él fue que abandoné a las dos personas más importantes de mi vida —le tembló la voz.

—Necesito saber de qué está hablando, o no voy a poder entenderla.

Se limpió con un pañuelo y se tomó un momento para tranquilizarse.

—... Supongo que sabes que yo estuve cuando ILIA se fundó.

—Toda esa parte ya me la sé de memoria.

—Bueno, cuando Salvik me convenció de dejar esa empresa, no pasó mucho tiempo y Vladimir me buscó para que convenciera a Salvik de volver, por supuesto me negué y... —empezó a llorar con evidente coraje—, ese hombre solo conocía dos maneras de hacer las cosas, a la mala o a la peor. Me dijo que, o convencía a mi esposo de regresar a ese lugar o me iba a echar la culpa de lo que les pasó a Andrija y a Quinn.

Toda expresión se me esfumó del rostro.

—No pudo haber hecho eso —mascullé.

—No, no fue él, fue Lucas el que inventó todas esas pruebas en mi contra y no pude hacer nada.

Mi sangre se heló.

—Usted no abandonó a Mijaíl...

—Hace seis meses que mi abogado consiguió mi libertad.

Junté las palmas cerca de mi cara, apretándome la nariz. Cerré los ojos un momento y me limpié las lágrimas a medio camino.

—Lucas no pudo haberle hecho eso —susurré.

—Fue Vladimir el que se lo ordenó, pero tu padre el que lo hizo.

—... ¿Mijaíl sabe todo esto?

—No, si Salvik se enteraba de que yo estaba presa, no iba a dudar de mi inocencia, que todo era por Vladimir y entonces iba a regresar a ILIA por mí, y era lo último que yo quería —se tragó más lágrimas—, le pedí a mis papás que le dijeran que me había ido, que lo había abandonado. No podía dejar que mi niño supiera que su mamá estaba en la cárcel —Me pasé una mano por el cabello y no pude evitar llorar. Todo esto no puede ser. Lucas fue capaz de esto—. Jane, te lo conté porque se lo voy a decir a Mijaíl y creo que antes necesitabas saberlo tú.

Me limpié con un pañuelo y suspiré.

—No sé cómo va a reaccionar Mijaíl, pero lo tiene que saber y son cosas que yo no puedo cambiar, ni nadie..., pero lo lamento —se me quebró la voz.

No iba a poder seguir escuchándola, así que me retiré sin dejarle decir nada más.

Nataniel me llevó de vuelta a la Mansión, pero preferí quedarme en el patio trasero, en el quiosco. Necesito calmarme antes de entrar, solo que no puedo.

Cuando conocí a Lika, casi le reclamé haber abandonado a Mijaíl, mi trato hacia ella era tan distante por eso mismo y tengo más culpa yo que ella.

Es... Al recordar otra cosa, volví a llorar y me arañé la cabeza al pasarme una mano por el cabello.

Salvik volvió a México para asegurarse de que Alicia y sus hijos estaban bien.

¿Con qué cara Lucas le pidió cuidar de nosotros?

Si Alicia sabe todo esto y, a pesar de ello, provocó todo el problema entre sus hijos y Mijaíl, no creo que haya algo peor que pueda hacer.

Durante la cena, estuve en perfecto silencio, con todo lo que Lika me dijo en la mente. El problema es que escucho muchas cosas de diferentes personas cuando en su mayoría están relacionadas, pero no se verían las caras ni en pintura.

Vladimir. Creo que nadie en este mundo ha sido tan perverso como él.

[7] CCC_Henko | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now