Érase Una Vez, La Historia Que Nunca Fue

CAPITULO 17

CAPITULO 17
✨ DARIEN ✨

Los días habían pasado con completa lentitud. Lo que se pronosticaba como un día, una semana o un mes, ahora se había extendido a un año.
¿Que era lo que ellos decían?
Bueno, sus palabras eran las mismas: No había una reacción. No había una sola reacción. ¿Por qué no había reacción?
La sangre había sido mejorada, ya había sangre en su cerebro, ahora todo estaba bien, pero ¿Por qué no había una reacción?

Mis días en todo este maldito año había sido una Mierda.
El día del disparo, Serena me salvó la vida pero a cambio dio la suya.
El disparo que recibió fue en el pecho, perdió mucha sangre e incluso fue diagnosticada con un accidente cerebrovascular. Al perder bastante sangre su cerebro dejó de recibir, hubo una obstrucción en las arterias cerca del corazón.
Con fe, Serena recibió tratamientos, recibió sangre donada, y cuando pareciera que todo estuviera bien, el diagnóstico del coma nos afectó a todos.
Pasaron los días, semanas, meses y las esperanzas disminuían.

—Debes descansar —comentó mi padre. Vestía de negro como el resto del hospital—. Ve a descansar hijo.

Negué.
Mis visitas al hospital eran de diario.
Mi rutina era la misma, e incluso el señor Félix me dio el tiempo necesario para recuperarme.

—O tal vez quieras ver como está Diamante.

Otra vez Negué.
Diamante estaba igual o peor que yo.
Serenity había fallecido el día de ayer.
Fue otro golpe fuerte. Todos aquí estaban destrozados por el destino de las hermanas Tsukino.
La noche de bodas de Serenity no fue lo que ella esperaba.
Serenity había estado pegada a su hermana todos los días, hablaba con ella y se había trasladado a su habitación con Serena para estar unidas. Ver a Serenity sufrir por el estado de su hermana me destrozaba, y poco tiempo después Serenity empezó a empeorar respecto a su cáncer.

Todo aquí en este hospital era doloroso por presenciar.

—Dudo a que Diamante quisiera verme —suspiré—. Esto es... Una completa Mierda

Lloré por quintecima vez en todo el día.
Mis lágrimas nunca se habían secado después de llorar demasiado en este año.
El apoyo en mis padres siempre era el mismo, mamá me visitaba para cubrirme en cuidar de Serena, o me traía comida y ropa, papá pese a su horario de trabajo en el hospital, se tomaba su tiempo para visitarme a mi y a Serena.

Papá se despidió con una sonrisa de boca cerrada.
Durante el día el silencio en el hospital era bastante notorio, solo había ido unos cuantos minutos al funeral de Serenity pero la presión se atascó en mi pecho y no fui valiente en quedarme. Diamante no sé veía bien, tenía el rostro más blanco de lo que ya era, las ojeras notorias y su silencio doloroso.
El cáncer de Serenity había avanzado demasiado, y en una noche ella había muerto dormida. Al menos su muerte fue silenciosa y tranquila, pero el dolor se quedaba con el resto de las personas Vivas.

—Toc, Toc, ¿se puede?

Alcé mi mirada. Melissa también había sido una visitante concurrente. Falté a su boda, le fallé como padrino pero realmente prefería estar cerca de Serena.

—Hola, —me sonrió acercándose a la cama de Serena—. ¿Vas bien?

Me encogí de hombros.
Bien, no es la palabra perfecta para describir mis malditos días.

—Oye, Se que no es el tiempo perfecto para decirte esto pero... Los padres de Serena han aceptado confesarse pero quieren que sea bajo un tribunal.

Me reí.

—Claro, esos estúpidos piensan que tendrán libertad después de todo lo que han hecho.

—Mi padre esta convenciendo al juez para que se haga justicia y esas personas se les condene cadena perpetua.