Capítulo 6

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Hoy era el día en que íbamos a recorrer la ciudad para comprar algunas cosas esenciales para el festival de música que tendría lugar en Chicago. Estaba emocionada por explorar la ciudad, especialmente porque no había estado allí en mucho tiempo.

Cuando nos dirigíamos a las tiendas, Alex me contaba sobre algunas novedades en Chicago, lugares que habían surgido desde mi última visita. Hablaba con entusiasmo sobre un nuevo local de comida que, según él, era imperdible.

—Deberíamos probar ese lugar antes de regresar a Crestwood, he escuchado que es increíble. ¿Qué opinas? —me propuso Alex, con una chispa de emoción en sus ojos.

—¡Por supuesto! Me encantaría probar algo nuevo. Cuéntame más sobre ese lugar —respondí.

Sabía que este dato me serviría ya que tenía una cena pendiente con él.  Su entusiasmo al contarme sobre ese lugar hizo que quedara grabado en mi memoria.

Caminamos emocionados por la ciudad, en busca de las codiciadas camisetas de The Weeknd para el festival. Entramos en una tienda de souvenirs y nos encontramos con una variedad de opciones.

—Mira estas camisetas, ¡son geniales! —exclamé, sosteniendo una con el rostro de The Weeknd.
Alex rió y señaló otra con un diseño llamativo.

—¡Esa es la que quiero! Aunque no sé si estaré a la altura del estilo del mismísimo The Weeknd.

—Oh, estoy segura de que podrías superarlo. Tal vez deberías considerar el nuevo look de pelo. —bromeé, recordando el característico peinado de The Weeknd.

Él se tocó el cabello con dramatismo.

—¿Crees que debería? Tal vez empiezo a practicar para el próximo festival.

Ambos reímos mientras continuábamos eligiendo nuestras camisetas. La tienda estaba llena de risas y energía festiva, y no podíamos esperar para lucir nuestras nuevas adquisiciones en el tan esperado concierto.

Esa noche, nos preparamos para el esperado festival de música. La ciudad estaba viva con la energía de los artistas locales y la anticipación por la actuación estelar de The Weeknd. Alex y yo compartíamos la emoción mientras caminábamos hacia el lugar del evento.

—¿Estás lista para esto? —preguntó Alex, con una sonrisa que reflejaba su entusiasmo.

—Totalmente. Este lugar está repleto de gente. —respondí, contagiada por la atmósfera animada.

Entramos al recinto, donde la música en vivo ya había comenzado. Los artistas locales deleitaban a la audiencia, y no podíamos evitar movernos al ritmo de la música.

—Increíble, ¿verdad? —comentó Alex mientras nos mezclábamos con la multitud.

—Absolutamente. Estoy emocionada por la actuación de The Weeknd. —confesé.

A medida que avanzaba la noche, la complicidad entre Alex y yo se intensificaba. En medio de la música vibrante y las risas compartidas, llegó el momento que estábamos esperando: The Weeknd subió al escenario.

—¡Es él! —exclamé, emocionada, mientras la multitud estallaba en aplausos.

Durante la actuación, nos sumergimos en la música, perdiéndonos en cada acorde y letra. Alex y yo compartíamos miradas cómplices, como si la música conectara algo más profundo entre nosotros.

La música vibraba en el aire mientras nos encontrábamos frente al escenario, tan cerca del artista que podíamos sentir la energía de la multitud. De repente, la gente comenzó a apretujarse más, y la atmósfera se volvió más intensa.

Sin previo aviso, Alex me rodeó con sus brazos, asegurándome en las barandillas para evitar que nos separáramos en medio de la multitud. Su cercanía me hizo sentir una mezcla de emociones, desde la seguridad de sus brazos hasta la electricidad que se transmitía entre nosotros. La música envolvía el espacio mientras disfrutábamos del concierto, y la proximidad con Alex hacía que cada nota resonara de manera más intensa. La tensión en el aire no solo provenía de la multitud, sino también de la conexión palpable entre nosotros en ese momento.

Al final del espectáculo, cuando las luces del escenario se apagaron, nos quedamos allí, asimilando la magia de la noche. La multitud se dispersaba, pero nosotros permanecíamos inmersos en el después del concierto.

—Increíble, ¿no crees? —dijo Alex, mirándome con una chispa de emoción en los ojos.

—Definitivamente. Gracias por invitarme a esto. Ha sido una noche increíble. —respondí.

La noche no había terminado. Caminamos juntos de regreso a casa, compartiendo las canciones, dejando que la música resonara en nuestros recuerdos.

—Sin duda alguna, fue una experiencia única —agregué, sonriendo mientras continuábamos nuestro camino de vuelta a casa.

El aire nocturno estaba cargado de una energía especial, como si la música hubiera dejado su marca en la ciudad. En el trayecto de regreso, Alex y yo compartimos anécdotas sobre los artistas locales y la increíble actuación de The Weeknd.

—Creo que nunca olvidaré este concierto. —comenté, mirando las estrellas que titilaban en el cielo nocturno.

—Ni yo. Fue genial compartirlo contigo. —respondió Alex con una sonrisa.

—¡Definitivamente deberíamos celebrar esta noche! —sugerí con entusiasmo mientras caminábamos de regreso a casa.

—¡Buena idea! ¿Tienes algún lugar en mente? —preguntó Alex, con una sonrisa.

Me detuve por un momento, recordando la recomendación de Alex sobre el nuevo local de comida en Chicago. Esta era la oportunidad perfecta para cumplir mi promesa.

—Sí, hay un lugar que me recomendaste anteriormente, ese nuevo local que te entusiasma. ¿Qué te parece ir allí para celebrar? Yo invito. —propuse.

La expresión de Alex se iluminó.

—¡Por supuesto! Me encantaría.

Caminamos juntos hacia el restaurante, disfrutando de la brisa nocturna y compartiendo risas en el camino. La ciudad seguía vibrando con la energía del festival, y nuestra conexión parecía fortalecerse con cada paso.

Llegamos al local, un acogedor lugar con luces tenues y una atmosfera relajada. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, disfrutando de la vista de la ciudad iluminada. Aún era temprano ya que el festival había comenzado a la siesta y para la tarde noche ya había concluido.

—Gracias por sugerir este lugar. Realmente es genial la variedad de opciones. —comenté, mirando el menú.

—Es mi placer. La comida aquí es increíble. ¿Ya sabes qué vas a pedir? —preguntó Alex.

Después de hacer nuestras elecciones, la conversación fluyó fácilmente entre nosotros. La complicidad que experimentamos en el festival se extendía a esta cena, creando un ambiente cómodo y agradable.

Al final de la cena, cuando los platos estaban vacíos y las risas llenaban el aire, Alex se inclinó hacia mí con una mirada de complicidad.

—Gracias por la cena. —dijo con sinceridad.

—De nada, gracias a ti por hacer de este día increíble. —respondí, sintiendo una conexión especial entre nosotros.

Caminamos de regreso a casa con la satisfacción de una noche llena de música, risas y deliciosa comida.

Amor en CrestwoodWhere stories live. Discover now