26 | Resaca entre caricias

3K 175 140
                                    

26 | RESACA ENTRE CARICIAS

Grace

La jaqueca que logró despertarme penetró mi cabeza con fuerza.

Traté de incorporarme en la cama, pero un repentino mareo se apoderó de mí y me rendí. La luz era molesta, así que me tapé hasta la cabeza y gimoteé bajo las sábanas. Tenía la boca seca y un destemple que nunca había sentido antes cuando rodé hacia la izquierda y, de golpe, recuerdos difusos de la noche anterior irrumpieron en mi cabeza.

Tenía el vago recuerdo de haber estado con Alex... y esperé que en el momento me ilusionara por verlo porque, a decir verdad, solo recuerdo el bochornoso momento en el que debí subirme a una mesa en una discoteca junto a él y tirar de su camisa. Su melena rubia, sus ojos azules y su pequeño aro en la oreja brillando por el reflejo de las luces de colores.

¿Cómo acabé allí? No recordaba haber entrado más que a un par de pubs hasta que se negaron a servirme más copas. Me extrañó y puede que me enfadase un poquito. Bueno, mucho. Pero es que nunca había bebido más de una, no sabía cuál era el tope.

Además... puede que a uno le hubiese tachado de detective privado de mi padre porque no dejaba de pedirme que dejara de beber.

Cerré los ojos con fuerza, abochornada. No iba a volver a beber en toda mi vida.

Intenté seguir recordando la noche..., pero solo tenía la difusa imagen de la gente bailando bajo mis pies, de Ryan y el resto tentando a Alex a saltar y morder el anzuelo para tener una pelea ridícula, algún insulto de por medio, y ver un culo del revés que...

Abrí los ojos como platos con la suerte de que no me diese un infarto y me asomé lo más mínimo posible sobre las sábanas.

Estaba en la habitación del hotel de Heath.

Palpé la parte izquierda de la cama. Estaba fría y vacía.

Aquello fue suficiente como para preocuparme y dejar mi vergonzosa noche a un lado. ¿No había pasado la noche aquí?

Sí, sí que lo hizo... al menos cuando me quedé dormida en la taza del váter mientras trataba de no vomitar.

El alivio fue instantáneo al verlo sentado frente al escritorio de la habitación. Estaba sin camiseta y con un pantalón de cuadros oscuros, con la melena revuelta. Me llevé la sorpresa de no encontrar prácticamente ningún tatuaje en su espalda salvo en los hombros, donde, en uno de ellos, Grey se relajaba mientras Heath...

¿Tocaba la guitarra?

Mis mejillas se tiñeron del rojo más puro al recordar solamente una conversación. Una estúpida frase que ni la persona más tonta del mundo podría habérselas ingeniado para soltarla como Grace Clark es capaz de hacerlo.

"¿Me tocas?"

Joder, joder, joder.

—Buenos días —su voz ronca y grave erizó mi piel y me olvidé de cómo respirar.

Vale. Me sacó de la discoteca llevándome boca abajo sobre su hombro. Vi muy altas las posibilidades de vomitar. Después... solo recuerdo que llegamos al hotel. Bajé la mirada para corroborar que me había dejado su camiseta y me perdí por un momento al hundir la nariz un poco sobre el cuello de esta. Olía a una mezcla de ambos. El estómago me dio un vuelco.

Y después... nada. Solamente que tocó una canción que, desde que me la recomendó, me encantaba y no había podido dejar de escuchar, y eso que yo no solía escuchar música.

Puede que no recordase casi nada de la noche anterior, pero su voz... su voz suave, cantando la letra de una canción que cada vez que escuchaba no podía evitar pensar en él. Aquellos tres minutos no iba a poder olvidarlos en la vida.

English Love Affair ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora