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47 | Estados Unidos: Lo que pasa en Los Ángeles, se queda en Los Ángeles

meddle about - Chase Atlantic

canción de la coreografía: The Hills - the Weeknd

47 | ESTADOS UNIDOS: LO QUE PASA EN LOS ÁNGELES, SE QUEDA EN LOS ÁNGELES

Grace

—Penny, no le has enviado a Shannon los vídeos del último concierto —gimoteó a través de la pantalla, disgustado.

—Lo sé, lo siento. —dijo Pen a mi lado —. Es que no he tenido tiempo de enviárselos. ¿Qué te parece si se los envío mañana con los de esta noche?

Su hermano pequeño pareció meditarlo, sacando la lengua.

—Mhm, está bien —accedió Gus finalmente —. Pero que no se te olvide.

—Lo prometo —Penny alzó el meñique, sonriente —. Saludad a Shannon de mi parte, ¿de acuerdo? Os echo mucho de menos.

—Nosotros también, pesada —resopló Bobbie rodando los ojos, probablemente avergonzado.

—Hablamos mañana. ¡Y Bobbie, suerte en el examen de mañ...!

Sus hermanos colgaron la llamada antes de dejarla acabar. Penny se quedó algo devastada y después inhaló lentamente.

Masajeé su espalda, tratando de reconfortarla.

—Piensa que vas a verlos en una semana —Piper puso una mueca, intentando ayudar.

—Seguro que cuando vuelva me pasan tres cabezas y deciden que es mejor plan encerrarse en su habitación que ver mis vídeos en el salón todos juntos —se lamentó disgustada.

Pip rodó los ojos, divertida, y se sentó a su lado, rodeándole el hombro.

—Por suerte o desgracia, aún te quedan unos pocos años de libertad antes de la idiotez de la adolescencia.

Los chicos llevaban todo el día ensayando. Ni siquiera los habíamos visto ni para la hora de comer. Según Gilda, una de las coreógrafas, necesitaban todo el día para ensayar porque esta vez el recinto era al aire libre, y para ella eso significaba más libertad y facilidad a la hora de cantar y bailar al mismo tiempo.

Pude imaginarme la reacción de Maeve y Heath y la de Ax y Fish al enterarse de que tenían que estar todo el día bailando.

Las dos dos eran muy distintas.

El Greek Theatre nos dejó sin palabras. Estaba en mitad de su naturaleza seca y rojiza y, al mismo tiempo, tenía unas instalaciones que te dejaban con la boca abierta.

Un recuerdo se instaló en mi mente nada más llegar a aquel lugar: ¿acaso estoy en la final Jam de Camp Rock 2?

—¿A dónde van todas esas señoras? —preguntó Pip con curiosidad, entornando los ojos y con la mano haciendo de visera sobre su frente.

Penny y yo nos giramos al instante y seguimos su mirada. Un autobús aparcaba frente a nosotras lleno de mujeres de mediana edad enfundadas en mallas y con el pelo recogido se dirigían al edificio de enfrente: un gimnasio que abarcaba todo un edificio.

—¡Vamos, chicas! —aplaudió una mujer algo más joven, animada. Tenía una figura esbelta y una energía implacable —. Hoy toca una sesión que me parece que vuestras parejas y vosotras mismas vais a agradecer. Saldremos de ese gimnasio sintiéndonos unas divas y muy sexis. ¡Andando!

Las tres las observamos con una sonrisa en la boca y algo asombradas, viéndolas cuchichear y charlar entre ellas con las botellas de agua en la mano.

De pronto, Pip se puso en pie.