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Llevaban rato corriendo de el demonio que los perseguía, ahora entendían porque enviaron a tres pilares.

El demonio era demasiado fuerte, incluso para Shinazugawa, quien se encontraba más herido que los otros dos, puesto que este se le lanzaba encima al demonio, intentando contarle la cabeza, sin éxito.

Comenzaron a correr para ganar tiempo y esperando que el sol saliera.

El demonio ríe, causándole escalofríos a los 3 pilares - ¡JaJaJaJa! ¿¡Encerio creen que podrán escapar de mí!? ¡Y yo que pensaba que los pilares eran fuertes y no le tenían miedo a nada!

Vieron como el demonio aumentaba su velocidad, dispuesto a lanzar le un golpe a Iguro, Tomioka que noto esto, corrió tan rápido como pudo, empujando a Iguro recibiendo él, el golpe, el cual lo lanzó hasta golpearse con un árbol, quedando inconsciente.

- ¡Tomioka!

- ¿Que...? - murmuro, sintiendo su cuerpo quemándose - "¡Esos malditos...! ¡no escapaban de mí, estaban corriendo para ganar tiempo y matarme con el sol!" -

Viendo como el demonio se desintegraba, corrieron hacía Tomioka, a quien le sangraba la cabeza.

- hay que llevarlo a la finca de kocho. - dijo el albino cargando a Tomioka en sus brazos, con un asentimiento por parte de Iguro, comenzaron a correr hacia la finca de Shinobu, la cual se encontraba a gran distancia.

Mientras corrían, Sanemi podía sentir la sangre manchar su uniforme, dirigiendo su mirada a el pelinegro, se dio cuenta de que aparte de la herida en la cabeza, tenía una en el pecho, la cual no paraba de sangrar.

Corrían tan rápido como podían, el sol ya estaba en lo alto y aún faltaban unas pocas horas para llegar a la mansion mariposa.

- Mira Shinazugawa, ahí, hay una casa de glicinias, vamos. - ambos se dirigieron hacia la casa de glicinias, en la entrada de esta se encontraba una joven de cabello marrón y ojos verdes, quien al verlos, se alarmó y llamó a los demás miembros que trabajaban ahí.

Ahí les dijeron a que habitación dirigirse para dejar ahí al pelinegro y curarlo. revisaron sus heridas, las desinfectaron y vendaron.

Ya habían pasado 2 horas, y Tomioka estaba despertando.

- Ugh... - se quejo, abrió de apoco los ojos, acostumbrándose a la luz. Con esfuerzo, logró sentarse, viendo a sus compañeros pilares en dos futones a cada lado de el.

- Hasta que por fin despiertas. - habló el albino.

- ¿Cuanto llevo dormido? - pregunto frotándose un ojo.

- 7 horas. - dijo el pelinegro, sorprendiendo al peliazul.

- Oh... mmgh - se quejo al intentar levantarse.

- No te levantes, la señora que atiende la casa, dijo que tendrías que descansar al menos unos minutos. - dijo el albino mirando como el peliazul volvía a intentar levantarse.

- Necesitó ir al baño... - susurro.

Ambos, pelinegro y albino, se miraron a los ojos, y sonrieron. Se levantaron y el albino tomó ambos brazos del ojos azules, y el pelinegro se metió entre las piernas del peliazul.

- ¿Que van a hacer...? -pregunto en un susurró.

Shinazugawa beso el cuello de el peliazul, y empezó a chuparlo, dejando un chupeton rojizo, haciendo gemir al de ojos azules.

- Ahh...~ ¡Ugh, Iguro! - Sonrojado, dirigió su mirada al pelinegro, Quien subió la parte de abajo de la yukata que les dio la señora de la casa de glicinias.

Con su mano, comenzó a masajear el pene del peliazul, el cual estaba cubierto por su ropa interior blanca.

- mmgh~ - contuvo un pequeño gemido al sentir como el albino tocaba sus pezones por encima de la yukata.

Pudo sentir como lo empujaban, dejándolo recostado en el futon, el albino levantó sus piernas, poniendo sus manos en sus muslos, dejando sus piernas en los hombros del Shinazugawa.

El albino baja su ropa interior, sacando su pene de esta, comenzando a frotarlo contra el ano cubierto del ojiazul.

- Ahm~ - gimió, el ojimorado hace a un lado la ropa interior de Tomioka y ubicó su pene en el anillo de carne de el peliazul, penetrante lo de una embestida. - ¡Aahm!~ ¡Sa-SaneAhh! - el albino comenzó a embestirlo sin parar. Mientras que el pelinegro se posaba atrás de él ojiazul, aprovechando que Tomioka estaba recostado, bajo su ropa interior sacando su pene y posicionando lo en los labios de el peliazul.

- Abre la boca, Tomioka. - ordeno, haciendo que el peliazul acate la orden y abriera la boca, dándole paso al pene del pelinegro metiendolo en su boca comenzando a embestirlo.

- ¡Mmmgh!~ ¡Mngh!~ - el albino no paraba de embestir su próstata, y el pene de el pelinegro le llegaba hasta garganta, la sensación de sofocante le encantaba,

No le importaba si solo lo usaban para complacer sus deseos sexuales, no le importaba si lo trataban como un juguete, tampoco le importaba el dolor en sus heridas provocadas por el demonio a quien tenían que matar, no le importaba nada en este momento. Solo le importaba lo bien que se sentía ser follado por esos dos pilares que tanto lo odiaban.

- La boca de Tomioka...~ es muy suave y mojada~ ahh~ - gimió el pelinegro, mientras follaba la boca de el peliazul sin parar, buscando eyacular en la boca de este.

El Shinazugawa tomó ambas muñecas del peliazul, juntando las abajo de su estómago, empezando a embestirlo con mayor fuerza y velocidad.

- ¡Mmmgh!~ - gimió el peliazul mientra sentia como orina salia de su pene, siguiendole la eyaculacion, claro que al pelinegro y al albino poco les importo, y siguieron con lo suyo,  estimulando de más el orgasmo del peliazul.

Lágrimas salían de los ojos del peliazul, quien tenía los ojos volteados hacia arriba, era tanto el placer que comenzaba a perder la cabeza, dando unas cuantas embestidas más, el pelinegro eyaculo dentro de la boca de el peliazul, haciendo que este tragara todo su semen, el albino le siguió después de unas últimas embestidas, eyaculando dentro de el peliazul.

El pelinegro saco su pene de la boca de el peliazul, viendo como de esta salían pequeños hilos de semen al igual que en su trasero.

- Ugh...~ - gimió mientras intentaba darse la vuelta para intentar levantarse. - ¡Ahg!~ - gimió, al sentir la cachetada en su nalga izquierda, proporcionada por el albino.

- Tks... déjame... ayudarte. - susurro mientras levantaba al peliazul al estilo nupcial, y lo llevó al baño, siendo seguido por Iguro, así, ambos bañaron al pelinegro, teniendo cuidado con sus heridas, así los tres juntos se bañaron.

Sanemi llevó a Giyuu al futon, mientras que Obanai iba por comida.

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Palabras:1053

Perdón por hacerlo tan corto y demorar tanto y también por las faltas ortográficas.

𝐄𝐍𝐆𝐑𝐄𝐈𝐃𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora