•Capitulo 9•

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Su corazón ya estaba más tranquilo, su Alfa estaba junto a el y su nee-san volvió con el, no era algo que durará mucho pero lo pudo ver, y Gaara

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Su corazón ya estaba más tranquilo, su Alfa estaba junto a el y su nee-san volvió con el, no era algo que durará mucho pero lo pudo ver, y Gaara... El estaba bien, Deidara comprendía su dolor y le dijo que se encontraba bien, que el no permitiría que le pasará algo.

--Sasuke, amor, sigo preocupado por Gaara--solto de la nada sintiendo su corazón ser oprimido.

Ese sentimiento de dolor, miedo, decepción, tristeza se volvió a instalar en su mente y corazón. Todo se venía abajo y el solo quedaba debajo de todos esos escombros, sin poder salir. Sin poder respirar.

--El estará bien, se cuánto lo quieres, no te preocupes por lo que puede pasar, lo encontraremos y pronto regresará, te lo prometo--el azabache beso la coronilla del menor.

Sasuke se levantó y le extendió la mano a su novio para que también se pare, el Omega le aceptó la mano sonriéndole, y por fin pudo dibujar una sonrisa sincera; el estar con su Alfa lo regocijaba de paz. Su vida empezó a mejorar en cuanto Sasuke apareció en ella y eso jamás lo negaría.

--¿Por qué eres tan lindo?--le sonrió, Naruto solo atino a ponerse rojo.

--No digas esas cosas que me avergüenzas--solto una risita que enamoro más al Alfa.

--Pero si solo digo la verdad, ¿Qué tiene de malo?--el mayor tomo el codo del más bajo para atraerlo hacia su cuerpo y que sus frentes se unieran.

Ambos cerraron los ojos y Naruto volvió a sonreír genuinamente acompañado de esa sonrisa con más risitas.

Todo a su alrededor se esfumó, solo eran ellos dos y nada más, todos los escombros fueron desapareciendo solo quedaban pequeños trozos de una alma rota que poco a poco se volvía a unir.

--Te amo mucho ¿Sabés?

--¿Enserio, que tanto me amas?--pregunto el azabache mirándolo a los ojos.

--De aquí al infinito--contesto volviendo a soltar un risita.

--De aquí al infinito--contesto volviendo a soltar un risita

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--¿Dei?--llamo el Alfa.

--¿Si?--el rubio se acomodo mejor en el pecho del contrario.

--¿A dónde fuiste toda la mañana?--interrogó. Su curiosidad era más fuerte que él.

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