Camila - Camren (+18)

♥︎.XXVII.♥︎

.XXVII.

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N/A: Ya estoy de vuelta chicos, todo está bajo control.

Buena lectura y no olvides comentar lo que pasa por tu cabeza, ¡me encanta saberlo!

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Amanda (latín): Del nombre latino Amandus y del verbo latino Amare,
significa la que debe ser amada

"Yo tenía trece años, él era mi compañero de química.. No, creo que era inglés (...) El primer "amor" es tan memorable, ¿no? (...) Ser niño es
increíbles, somos..."
- Camila Cabello (Camila, Capítulo VI)

"..) Somos tontas, ¿no? Sucede. Hasta el dia de hoy me pregunto si hiciste
lo que hiciste por venganza, ego o ingenuidad. Ahora que lo pienso, las
putas no son ingenuas. "
- Amanda G. Becker (Camila, Capítulo XXVI).

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Narrador POV.

Newcastle upon Tyne, Inglaterra, abril de 2020 (4 meses previos de la graduación y el cumpleaños de Keana Marie Issartel).

No se nace villano, se llega a serlo.

Amar a una sola persona en tu vida suena como algo fantástico, hermoso,
pero vale la pena pensar que no es exactamente así como funcionan las
cosas. Entre idas y venidas, cambios de ciudad, colegios, fiestas, cuerpos van y vienen, se intercambian miradas y tu corazón puede corresponder o no a cada uno de estos detalles.

El amor es cíclico. Un día amas los ojos azules, otro día amas los ojos verdes, y después de tantos traumas..

Ya no amas a nada ni a nadie.

Al final, no se trataba de quién era amado, sino de cómo lideraban con el
amor que fue concebido en su alma.

Uno huyó de lo que sentía.

Ella fingió algo que no era.

La otra actuó con la intención de protegerse.

Y otro se volvió loco, dejando que su cariño se convirtiera en enfermedad.

Amordazada por impulsividades dificiles de interpretar hacia quienes
observan desde afuera una relación abusiva, escuchó cómo la puerta del
dormitorio se abría lentamente y aparecía el rostro blanco con barba
rubia, vestido con ropa casual, pantuflas y cabello negro, probablemente mojado por un ducha reciente, mientras la mochila colgaba de su hombro izquierdo, indicando que había venido a recogerla para ir a la escuela.

El olor del perfume ligeramente dulce no tardó en llenar sus fosas nasales,
junto con la breve sensación de consuelo de tenera alguien, pero a quien no necesariamente amaba.

Evidentemente se había enamorado, tales dudas no eran propensas a error y cuando escuchó el montón de declaraciones junto al ramo de flores
acompañadas de disculpas, ahora calmado por los nervios que antes
estaban tan alterados, le devolvió el abrazo que le había dado. le ofreció,
poniendo su rostro en el cuello del objetivo.

Hablaba, hablaba y hablaba, Saint James seguía durmiendo en el porche,
pero lo único que pasaba por su confusa mente era el desacuerdo que
había tenido con Amanda Becker hacía unos minutos.

Al final, no presté atencióna ninguno de sus monólogos, declaraciones o intentos de demostrar que ella era lo mejor que podía -y merecía- tener, incluso después de exponerla de la
forma en que lo hizo.