♥︎.LVII.♥︎

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LVII

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Quizás el mayor error que comete el ser humano es racionalizar los
sentimientos, elegir siempre a alguien a quien culpar, poner en la balanza
acciones que, de alguna manera, no tienen sentido cuando se mira lo
sucedido en su conjunto.

Lauren se equivocó al emocionarse, Camila se equivocó al no avisarle de
antemano - o al menos a la maestra - Lauren estaba enérgica con sus
sentimientos que nunca habria podido estar atrapada en un prototipo de
adolescente fría e impenetrable, y Camila fue imprudente en su falta de
atención respecto a la maternidad.

Eran humanos, con personalidades
diferentes y necesitaban aprender a lidiar con todas las diferencias, de lo
contrario no funcionaría, sin importar cuántas noches de sexo disfrutaran,
cuántos días más se quedara la morena de ojos verdes en el departamento de la latina o cualquier cosa como eso. .

Fueron momentos efímeros
secuenciales que en un abrir y cerrar de ojos fueron derrotados por un
desacuerdo que demostraba que necesitaban irse con... Tranquilidad.

Al acercarse, sintieron la necesidad de correr, de hacerlo realidad, de darle
espacio a esa intensidad basada en la adrenalina, pero.. Todo era frágil y
el desacuerdo lo demostró con creces.

Si seguían corriendo, dando voz a la impulsividad de un corazón que lo
quería todo, muy pronto estarían cayendo en el mismo mar de
contradicciones que las separo en el pasado.

Lauren conducía por las calles de Newcastle upon Tyne pensando en
diferentes cosas así, se bajó de ese coche con ideas locas dando vueltas en
su mente y además sería difícil decirlas en voz alta.

Cuando entró al café y sonó el timbre, Camila permaneció distraída mirando su menú mientras bebía una taza de té rojo.

La enóloga vestía un vestido informal de flores, alejado de los refinamientos a los que estaba acostumbrada y esto era la prueba viviente de que inevitablemente estaba esperando a Clara y no a Lauren.

Pero fue ella quien se sentó a la mesa, llamando la atención de unos ojos marrones que se sorprendieron, y luego miraron a su alrededor como esperando que alguien más llegara.

No es nada.

- Ella no viene.- anunció sutilmente Jáuregui, rascándose la garganta. -
Solo seré yo, - Lubricó sus labios rosados.,- Necesitamos hablar y... No
creo que hayamos sido un buen ejemplo de madres para Charlie esta
tarde.

Camila no tardó en entender que obviamente tenía algo que ver con su ex suegra, pero tampoco pareció desagradarle la idea, solo mantuvo su
mirada pasiva, dándole la oportunidad de continuar con su discurso, pero
cuando el tono ronco de la voz no volvió a vibrar, suspiró brevemente,
respondiendo:

-¿Estás más tranquila para una conversación?- La experta en vinos alzó una ceja, y por más que parecía una pregunta irónica, no estaba en su
estado cien por ciento.

- Fui una estúpida al ensalzarme y lo sé, lo siento. Pero podrias haberme
llamado o haber llamado a la escuela antes de que nuestra hija se
desesperara tanto que llorara, – Respondió la hija de los Jáuregui con
calma, mirando hacia el cielo turquesa cada vez más oscuro que pintaba la
ventana de vidrio.

- Sí, debería haberlo hecho. Yo tambien lo siento.- Admitió la enóloga - Pero en ese momento estaba tan frustrada por el retraso que ni siquiera me acordé de decir que tomaría un tiempo.- Confesó y se pudo ver lo culpable que se sentía – No quiero competir sobre quién cometió más o menos errores en los últimos años o incluso ahora. Se trata de nosotras y estoy segura de que muchos ya han intentado sopesar nuestras acciones para justificarlas defendiéndonos. -La latina se reclinó contra la silla, suspirando, pero no dejó de mirarla profundamente- Eres una madre absurda, Lauren. Y a pesar de los arrepentimientos, todavía te elegiría
para que fueras su madre. - Los ojos marrones brillaron con sentimentalismo, pero no se atrevió a dejarla desbordarse al punto de
salir corriendo - Quiero que esto funcione, pero debes confiar en mi.

Camila - Camren (+18)Where stories live. Discover now