TRECE

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TERRANCE

Mi vida ha cambiado drásticamente desde que tomé el control de los negocios de mi padre, Arón Black. Ahora, como hombre de alto cargo de la mafia Black, tengo a mi disposición una gran cantidad de recursos para proteger a las personas que amo.

En especial, a Phoebe y a Luke. Ellos son mi familia, y no escatimaré en recursos para mantenerlos a salvo. Han pasado meses desde que los tres nos mudamos a nuestra nueva mansión, y estoy contento de haber tomado esa decisión. Es un lugar seguro y lujoso, donde Phoebe puede sentirse cómoda y protegida.

Cada vez que la miro, no puedo evitar sentirme asombrado por su belleza. Su cabello castaño ondulado cae sobre sus hombros y enmarca su delicado rostro. Sus ojos color miel brillan con una chispa de determinación, pero también con una dulzura que me hace querer protegerla aún más.

A menudo, me pregunto cómo he llegado a tenerla a mi lado después de todo lo que hemos pasado juntos. Ella es mi todo, y nunca dejaré que nada ni nadie la lastime de nuevo. Por eso, he contratado a los mejores guardias de seguridad para proteger nuestra mansión las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Pero sé que aún no es suficiente. Eduardo Castro, su padrastro abusador, sigue en libertad y no me quedaré de brazos cruzados hasta que esté tras las rejas. Estoy trabajando en ello, reuniendo pruebas para que la justicia pueda hacer su trabajo.

Mientras tanto, estaré aquí para Phoebe y Luke. Los protegeré con todo lo que tengo y haré todo lo posible para que sean felices. Porque ellos son mi familia, y yo siempre protegeré lo que es mío.

Estaba sentado en el borde de la cama, mirando hacia el suelo, cuando ella entró en la habitación. Phoebe se quedó de pie en la puerta, mirándome fijamente con esos ojos azules que siempre me habían cautivado.

—¿Me perdonas? —pregunté, levantando la vista hacia ella.

Phoebe se acercó a mí, sentándose a mi lado en la cama. Tomó mi mano en la suya y la apretó con ternura.

—No tengo nada que perdonarte, Terrance. Lo único que quiero es estar contigo y con Luke, y olvidar todo lo demás.

La miré a los ojos, sabiendo que tenía suerte de tenerla a mi lado. Phoebe era la mujer más hermosa que había visto en mi vida, y no solo por su apariencia física. Era fuerte, valiente y tenía un corazón enorme.

La tomé en mis brazos y la besé con suavidad, saboreando su dulce aroma. Me sentía afortunado de tenerla conmigo, de tenerla como mi compañera en la vida y en el negocio. Prometí protegerla a ella y a Luke, cueste lo que cueste.

—Te amo, Phoebe —dije cuando nos separamos.

—Te amo también, Terrance —respondió ella con una sonrisa.

La abracé con fuerza, sintiendo su calor y su amor. No había nada en el mundo que pudiera separarnos. Juntos, íbamos a enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en nuestro camino.

Aunque han pasado años desde que Phoebe y yo estuvimos juntos, mi amor por ella no se ha agotado. Cada vez que la veo, mi corazón late con fuerza y me siento completo. Me encanta su sonrisa, su risa, su forma de moverse. Cada pequeño gesto suyo me enamora más y más. A veces siento que mi amor por ella es tan grande que no cabe en mi pecho, y me abruma la emoción. Pero sé que lo que siento por ella es real, y haré todo lo que esté en mi poder para protegerla y hacerla feliz.

A veces me pregunto cómo es posible que después de tanto tiempo, mi amor por Phoebe no se haya agotado. Me sigue pareciendo tan hermosa como el primer día que la vi, y su sonrisa sigue iluminando mi mundo. A pesar de todos los obstáculos que hemos enfrentado, mi amor por ella solo ha crecido. Incluso ahora, mientras intentamos proteger a Luke y mantenernos a salvo de los peligros que nos acechan, el amor por Phoebe sigue siendo mi ancla. Es lo único que me mantiene cuerdo en este mundo tan caótico. Y haré todo lo posible para protegerla, por siempre y para siempre.

La última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora