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La brisa nocturna susurraba entre los árboles mientras George Russell se dirigía nervioso hacia el restaurante que marcó el comienzo de su historia de amor. Llevaba consigo un anillo y una sonrisa nerviosa que reflejaba sus emociones encontradas. La noche estaba llena de significado, ya que iba a recrear su primera cita con su pareja, Emma, con la intención de hacerle la pregunta más importante de su vida.
El restaurante estaba iluminado por luces tenues y decorado con elegancia. George hizo arreglos especiales con la banda que tocaba en vivo para asegurarse de que tocaran las canciones favoritas de él y Emma. La misma melodía que había resonado en sus corazones la primera vez que compartieron la pista de baile.
Cuando Emma llegó al restaurante, encontró a George esperándola con una sonrisa nerviosa pero llena de amor. Llevaba un traje elegante que realzaba su encanto natural.
"¿Lista para una noche especial?", preguntó George, ofreciéndole una rosa roja.
Emma sonrió, tocada por el gesto. "Siempre contigo, George."
Entraron al restaurante, donde la música en vivo llenaba el aire. George guió a Emma hacia la misma mesa donde habían compartido risas y sueños en su primera cita. La nostalgia se reflejaba en sus ojos mientras se sentaban, recordando esos momentos iniciales.
Después de disfrutar de una deliciosa cena, la banda comenzó a tocar sus canciones favoritas. George se levantó y extendió la mano hacia Emma, como lo hizo la primera vez. "¿Bailamos?" preguntó con una chispa traviesa en sus ojos.
Emma asintió, tomando su mano. Se dirigieron a la pequeña pista de baile improvisada en el centro del restaurante, rodeados por las miradas cómplices de los presentes.
Bailaron lentamente, sumidos en la intimidad de la música y el recuerdo de aquel primer encuentro. George sostenía a Emma con ternura, su corazón latiendo al ritmo de la melodía.
Después de la canción, George se apartó ligeramente, mirando a los ojos a Emma con determinación. "Esta noche significa mucho para mí, Emma. Aquella primera vez que bailamos aquí, supe que eras la persona con la que quería pasar el resto de mi vida."
Emma parpadeó sorprendida, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y anticipación.
George se arrodilló, revelando el anillo en su mano temblorosa. "Emma, ¿quieres hacerme el honor de ser mi compañera para siempre? ¿Quieres casarte conmigo?"
Emma estaba sin palabras por un momento antes de romper en una sonrisa radiante. "Sí, George, sí mil veces." Él deslizó el anillo en su dedo, y la pareja se abrazó con la promesa de un futuro lleno de amor y complicidad.
Los aplausos de los presentes se mezclaron con la melodía de la banda, celebrando el momento mágico en el que George Russell recreó su historia de amor, recordando y creando un nuevo capítulo en el mismo lugar donde comenzó todo.
