Landon Norris

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El sol se ocultaba en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados. Landon Norris y Ophelia paseaban juntos por un tranquilo parque, alejados del bullicio del mundo de las carreras y envueltos en la magia de la intimidad compartida.

Ophelia miró a Landon con una mezcla de admiración y amor. Aunque la vida de piloto de Fórmula 1 de Landon estaba llena de velocidad y adrenalina, este momento tranquilo era su refugio. Se detuvieron cerca de un lago sereno, sus aguas reflejando los últimos destellos del sol poniente.

Landon, con su característica sonrisa traviesa, sacó algo de su bolsillo y lo sostuvo en la palma de su mano. Era un pequeño ramo de flores silvestres, cuidadosamente elegido con colores vibrantes y fragancias dulces.

"Para ti, Ofelia", dijo Landon, extendiendo las flores hacia ella con ternura.

Ofelia se quedó sin palabras, sus ojos brillando con sorpresa y alegría. Aceptó el regalo con una sonrisa radiante, sintiendo cómo su corazón se llenaba de gratitud y amor por el hombre que tenía a su lado.

"Son hermosos, Lando", dijo Ofelia, admirando las flores entre sus dedos. "¿De dónde las sacaste?"

Landon rio suavemente. "Las encontré mientras caminábamos. Me recordaron a ti: vibrantes, hermosas y llenas de vida".

Se sentaron juntos en un banco junto al lago, compartiendo risas y miradas cómplices. Landon tomó la mano de Ophelia en la suya, entrelazando sus dedos con los de ella.

"Este momento es perfecto", susurró Landon, mirando hacia el horizonte. "No hay multitudes, no hay cámaras. Solo tú y yo."

Ofelia ascendió, sintiéndose agradecida por este rincón especial en el que podían ser ellos mismos. El amor entre ellos crecía como una llama constante, alimentada por gestos simples y momentos como este.

El sol se sumergió completamente, dejando que la penumbra envolviera el parque. Landon se puso de pie, extendiendo la mano hacia Ophelia y la ayudó a levantarse.

"¿Qué te parece si vamos a cenar?" Sugiriendo, con una chispa juguetona en sus ojos.

Ophelia ascendió, sintiéndose afortunada de tener a alguien como Landon a su lado. Juntos, caminaron hacia la salida del parque, llevando consigo el regalo de ese atardecer mágico, las flores que simbolizaban un amor floreciente en un mundo lleno de velocidad.

One Shots F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora