Cap. 9: amor es como una intoxicación...

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El amor es justamente una intoxicación, ¿de qué otra forma se puede describir la locura que provoca? No estás consiente de ti mismo, pareces ligero, muy ligero, todo va más rápido que tu, igual a una buena borrachera, pareces divertido ante aquella lentitud que te provoca, el calor, el sabor, las luces, los sonidos, todo se intensifica cuando el amor entra pro tus venas hasta el corazón… y al igual que la borrachera, cuando se pasa el efecto, la resaca es tan fuerte que quisieras mejor morirte… es la peor droga, la peor adicción, el amor intoxica, y no hay remedio casero que valga para sus efectos secundarios… el amor debería ser ilegal…

-          ¡¿por qué dice eso señor?!! ¡si yo sé que él es mi padre!! – en aquel salón de clases reinaba la confusión, todos los presentes tenían la misma pregunta una y otra vez rondando sus mentes ¿Qué hacer? ¿sacar a Naraku así fuera a la fuerza? ¿Qué clase de mensaje dejaría en tan jóvenes mentes? Pero… definitivamente dejarlo envenenar un corazón tan puro tampoco era una opción, y el principal angustiado era Sesshoumaru cuyo primer impulso era matarlo ahí mismo, las lagrimas de su hija se las haría pagar con lagrimas de sangre repetía su mente cegada por la ira, y a la vez era su pequeña quien lo detenía de hacer una locura, de cometer un crimen ante sus ojos ahogados, la niña de inmediato abrazó a su padre… - ¡díselo tu otousan!! – le replicó su falta de respuesta a Sesshoumaru…de lejos Miroku se sentía impotente y muy culpable, después de todo el había permitido Naraku se acercara a la niña de esa manera, no se perdonaría haber caído tan fácilmente, creyendo erróneamente que él podía controlar la situación…

-          Claro que si, ella es mi hija… y si yo fuera tu saldría con lo que te reste de honorabilidad de este lugar – dijo tratando de controlarse, pero Naraku no hizo caso, sonreía con malicia, al fin había descubierto el punto más débil, la fibra más sensible de Sesshoumaru…

-          Tengo pruebas que esta niña es adoptada… - insistió – fue difícil rastrearlos debo decir, de tu… amigo Miroku no encontré gran cosa pero de ti… vaya que resultaste toda una revelación…- Naraku no compartía la verdad completa, desde que Sesshoumaru había  llegado lo había mandado investigar, siendo frustrante que a cada paso que daba algo parecía esconder información detallada del bombero, algunos diarios que contaban sus rescates, entregas de medallas al valor y demás cosas fue lo que llegaba hasta su poder, pero, sobre su vida privada, sus padres, su anterior domicilio, su infancia, todo eso no aparecía en  ningún registro, y siendo el jefe de policía eso le resultaba en verdad inesperado, esto había logrado un interés poco sano en Sesshoumaru desde el inicio, y cuando lo miró como enemigo la falta de acceso a la información le era inadmisible, ¿Quién era Sesshoumaru? Parecía salido de la nada, sin pasado, o más bien como si ese pasado hubiese sido borrado de todo registro público, fuese confidencial o no; no fue sino hasta la llegada de la niña que pudo entonces rastrear al menos el pasado de esta, dando como resultado también escaza información, tan sólo logró saber que la niña vivió en el orfanato y que fue adoptada, lo demás lo dedujo el por su cuenta, pero para su alegría con esto era bastante al parecer…

-          Onigumo san no creo que este sea el lugar para arreglar sus diferencias con Sesshoumaru san… - trató de intervenir la maestra Kagura preocupada de la pequeña… - y me parece muy bajo de su parte decirle algo así a una niña inocente… - dijo indignada a pesar del miedo que le tenía a Naraku…

-          No… no se preocupe … Kagura sensei – interrumpió Rin justo cuando Sesshoumaru  parecía querer separarla de él, pues pretendía sacar a rastras a Naraku sin importar nada más… - yo no sé porque usted nos odia – le dijo a Naraku sin temor…  – lastimó a Miroku ojisan y trata de lastimarnos ahora con lo que dice…no puedo entender que alguien sea así de cruel, no puedo entender porque odia tanto  como para hacer algo así, yo pensé que todos los servidores públicos como mi papá y Miroku eran buenas personas, así como los señores Kouga, Inuyasha y Byakuya… es difícil para mí creer lo contrario, pero voy a   decirle algo que creo usted no tiene entre esos papeles, yo siempre… he sabido que soy adoptada – Inuyasha escuchaba todo con mas y mas asombro, ese hombre que le atraía tanto era toda una maraña de enredos y secretos, sin pensar miró también a Miroku quien sólo asintió con la cabeza, no, no era un secreto que la niña no era hija biológica de Sesshoumaru… y entonces… ¿de dónde provenía tal preocupación? La niña tomó más valor y continuó… -  y eso… no me hace menos hija de Taisho Sesshoumaru – ante las palabras llenas de determinación de la niña, aun con lagrimas en sus ojos dulces Naraku no sabía que decir…

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