10: Memorias de Ban Yue

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-Muy bien, déjame ver si entendí -dijo la Señora del viento chocando su abanico contra su frente en un suspiro -, Pei Xiu. Llevas doscientos años controlando a serpientes escorpión para que muerdan a personas y así se resulten obligados a entrar al antiguo reino de Ban Yue. A esto luego fingías ser un guerrero Ban Yue para capturarlos y enviarlos a la muerte dónde se encontraban encarcelados los fantasmas de los soldados, para que calmaran un poco su ira.

Ban Yue miró un poco confusa a su amante, Pei Xiu únicamente se arrodilló en respeto y con la cabeza gacha admitió todo.
A lo largo de doscientos años, ambos trabajaban de manera independiente. Ban Yue tiraba a los soldados al pozo del pecador, para que dejaran de lastimar a aquellos mercaderes que (para ella era desconocido) entraban extrañamente dentro de aquél territorio. Cuando sólo quedó el general Ke Mo, le costó al rededor de cincuenta años lograr arrojarlo al pozo. Cuándo lo consiguió se reencontró con Pei Xiu por casualidad.

Pei Xiu nunca le contó lo que hacía. Fingió ignorancia sobre las picaduras de las serpientes y le contó cómo era el guía para los mercaderes que cruzaban, según él, para evitar que se acercaran, aunque nunca resultaba (según sus propias palabras).
Entonces Ban Yue decidió ayudarlo, pasando a ser un matrimonio de guías. Ban Yue no entendía como las serpientes no la obedecían, se dividían el trabajo, mientras Ming Zhao (Pei Xiu) los llevaba al reino en busca del helecho Shanyue, Ming Xie (Ban Yue) cuidaba a los demás. A veces se turnaban, el resultado siempre era el mismo, algunos mercaderes desaparecían una vez que ingresaban dentro de las murallas.

Mu Qin con cautela se acercó a Ban Yue, dispuesto a apricionarla. Realmente no creía que ella era una completa inocente ante este caso.
Una luz blanca apareció entre él y la chica fantasma, y en cuánto se miró la mano, estaba herida (un corte muy pequeño pero que sangraba mucho). Alzó la vista y notó la mirada aterradora de Hua Cheng, que recuperaba a E-ming y establecía superioridad ante él.

-Ella es inocente, dicho tanto por el Pei Junior como por ella.

Mu Qing ya no aguantó aquél comportamiento: -¿Oh? ¿Porqué a Lluvia Carmesí le interesa si esta fantasma es inocente o no? ¿Acaso tuviste qué ver con la caída del reino Ban Yue? -dijo sarcástico.

-No. Pero si alguien estuviera inculpado a tu hija de seguro también la protegerías.

Y entonces la mente de los dos colados se rompió. ¿Hija? ¿Lluvia Carmesí que busca la flor tiene una hija? ¿Acaso le fue infiel a Su Alteza?
Voltearon a ver a Xie Lian, que hablaba cálidamente a la chica y buscando herida en alguna parte. Cómo si de un padre se tratase. Entonces...fruto del matrimonio había una hija. Pero, ¿Cómo?

Xie Lian miró la incredulidad y confusión dentro de los rostros de sus entrometidos acompañantes, suspiró profundo y se acercó a ellos para platicarles.

-Verán...hace doscientos años, San Lang y yo decidimos salir de viaje y uno de nuestros muchos destinos terminó siendo Ban Yue....







-Disculpe señor -dijo Xie Lian, usando su sombrero de bambú sobre su cabeza y agarrado de la mano de su esposo (qué usaba una piel joven, con ambos ojos y su cabello en una trenza) -¿Cúal es la posada más cercana?

El mercader lo miró confundido. Era extraño ver viajeros hacia esa zona tan alejada en el reino de Yong An.

-Me temo que la única se encuentra más alejada del mercado, cerca del límite de la ciudad.

-Entiendo. Muchas gracias.

La pareja sonrió y se dispuso a avanzar. En el camino notaron cómo el lugar era inquietantemente desolado y un tanto triste. Bueno, no se quedarían por mucho aquí, una noche era su opción. Puesto que su meta era dirigirse al hermoso oasis cerca del reino Ban Yue. Llevaban de viaje un buen tiempo, tanto Hua Cheng como Xie Lian habían estado trabajando mucho, así que llevaban tres semanas de viaje, con la intención de encontrar lugares hermosos para visitar, Xie Lian aprovechaba el gran talento de su esposo para la pintura, por lo que le pedía que los replicara. Llevaban una bolsa entera de pergaminos de paisajes y retratos de ambos disfrutando (sí, Xie Lian convenció a su esposo de pintarse a sí mismo).

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Where stories live. Discover now