𝕾𝖔𝖈𝖎𝖊𝖉𝖆𝖉 𝕺𝖇𝖘𝖔𝖑𝖊𝖙𝖆 {Omegaverse}

4: Gritos silenciados

ARCO 2: TOMA VUELO, MI PEQUEÑA AVE

Capítulo 4: Gritos silenciados

The world is a curse, it'll kill if you let it

I know they got pills that can help you forget it

They bottle it, call it medicine

But I don't need drugs

~K.Flay, High Enough

NOTA DE AUTOR:

Traten de no pensar en esto, pero su desarrollo requiere una presión inmensa para la recuperación, joder.

Perdón Robin.

ADVERTENCIA: Lean las etiquetas, y para más detalle en notas finales.

Si quieren evitar tales escenas cuasi-gráficas de abuso sexual, pido saltarse las partes encerradas en ____ ~!~ _____ y ___ ___ ~ ¡ ~ ___ ____ Reitero, no es gráfico.

Este es solo el empiezo hasta el capítulo 6.

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Golpea contra el piso raspándose las rodillas, la sangre gotea de su nariz pero no tiene la energía de limpiarse y volver a atacar, ya no. Sus ojos están vidriosos a estas alturas, asustado y buscando inconscientemente una forma para que Slade no lo note.

Pero el hombre no le da los preciados minutos que requiere, oye sus pasos pesados acercándose, cada vez más impaciente y violento.

"Estás más lento esta mañana", regaña con la voz ronca y amenazante. Bastante harto de despertarlo sacándolo de la inconsciencia que se ha convertido en un descanso recurrente en sus sesiones fuera de las pocas horas estimadas en lo que bien podría ser de noche.

Robin escucha cuando vuelve a empuñar el botón, cierra los ojos fuertemente, aguantando las náuseas por el dolor que lo apuñala. Trata de poner peso en sus piernas, pero sus brazos tiemblan demasiado y sabe en sus entrañas el límite que lo corta.

"Por favor" suelta antes de siquiera pensar en lo que quiere, y siente a Slade detenerse, es breve, sin embargo, ayuda a tragar aire aunque presione punzadas en el esternón. Ninguno lo espera, pero las palabras amargas no se detienen cuando se convierte en una represa desbordada. "Solo dame unos momentos, por favor. Por favor, maestro".

Sabe que fue una esperanza remota. Slade al menos no lo toma del cabello, lo tira del brazo para ponerlo de pie y lo empuja al combate que no tarda mucho en enviarlo de nuevo al suelo.

Es la debilidad que no quiso mostrar al hombre, que pudo haber ganado y tomarlo como una victoria. No repitió desde el primer día que lo llame con ese título que no merece, pero, en todo caso no volvió a obligarlo a decirlo, al menos pareció menos frustrado por un rato.

Tiembla cuando Slade se ve cada vez más decepcionado, porque eso solo significa más dolor.

Recuerda hace mucho, que no solo Bruce pareció decaído y ni siquiera soportó verlo después de su presentación de casta, de hecho, también se le viene a la mente apartadas escenas de Alfred, el beta estuvo preocupado en todo momento, tratando de verse comprensivo mientras le pedía lo imposible. No podía dejar a Robin, porque Robin era lo que quedaba de los colores de sus padres, el cariño nacido de los labios de su madre. Era demasiado especial y único como para que le arrebaten eso a una jaula que creyó sería su martirio.