Julieth Prat la mejor de su generación y la promesa del patinaje artístico. Junto a su hermano Math Prat se están preparando para los mundiales de este año, después de quedar segundos el año anterior Julieth esta decidida a hacer lo necesario para g...
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-Tienes que calentar
-¿Para que? Con todas las calorías que comí caliente es lo que estoy
-Ja... -Lo mire mal -No puedo perder a dos compañeros en una misma temporada por no calentar
-Bien, mientras estiró respóndeme algo
-¿Que cosa?
-¿Por qué... De todos los lugares en el mundo viniste aquí... Luego de lo de esta mañana?
-Eso... -Aparte la vista mirándome los pies -
-Oye -Llamo y gire a verlo -No tienes que decírmelo. Me basta con saber que este es un lugar especial para ti.
-Lo és, a veces creo que no soy nada sin el patinaje
-No puedes pensar a así... Tú oficio no te hace a ti. Debes ser mucho más que una trabajo o cualquier cosa que hagas. Tú eres tú sin importar lo que hagas eres especial.
Sentí el calor subir hasta mis orejas, gracias a Dios por mi piel tan morena no se notaba si me ponía roja o no
-No tenía ganas de ir a casa -Respondi al final -A veces es demasiado solitaria para una sola persona
-¿Y tú familia?
-Papá y Math estable viaje
-¿Y tú madre?
Oh, él no lo sabía
Por supuesto que no lo sabía ¿Como podía saberlo?
-Ella murió hace seis, casi siete años
Adrien soltó un jadeo, sus ojos se cerraron mientras sus cejas se juntaron
-Lo siento mucho -Murmuro -
-Tranquilo -Aparte la vista mordiéndome el labio. Él guardo silencio un minuto-
-Yo... Perdí a mi padre -Susurro un rato después. Era obvio que no sabía que más decir -
Lo sabía, yo sabía que su padre, el esposo de Yekaterina había muerto hace más de dos décadas en un accidente automovilístico, pero aún así lo deje hablar
-Lo siento mucho -Respondi igual -
-Puedo preguntar... ¿De que murió tu madre?
-Asma -Susurre volviendo a verlo. Sus ojos ojos azules estaban fijos en mi -La sufrió toda su vida, llegó un punto en que no pudo respirar más y... Falleció
Sus ojos me demostraron lo que muy pocos ojos me lograron mostrar durante el velorio de mi madre. Comprensión. Él me miraba como quien sabe todo lo que has pasado, no con lástima o pena, si no con amabilidad. De inmediato me di cuenta de que sus ojos no podían mentir, él tenía el tipo de ojos que decían todo sin si quiera una palabra.
