Idilico

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—Solo imagínate lo, ese traje tonto de lentejuelas y ese pésimo peinado —se burló Kai al recordar el tiempo del ninja azul como conductor de televisión

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—Solo imagínate lo, ese traje tonto de lentejuelas y ese pésimo peinado —se burló Kai al recordar el tiempo del ninja azul como conductor de televisión.

—Sigue siendo mejor que ser peleador callejero

Cole río al ser empujado por Kai, quien refunfuñando le recordó que prometieron no volver a hablar de eso.

—Solo digo que pudiste regresar a ser herrero —hablo Cole tratando de ignorar a la sexta persona que se chocaba contra él—, no eras tan malo —tomo a Kai de la mano en advertencia para que no fuera tras el tipo.

—Bromeas, ¿verdad? —se quejo Kai sin esforzarse en disimular las miradas de odio que lanzaba a la persona tras ellos.

—Date un poco de crédito, forjaste las armas más poderosas de todo Ninjago, claro, fue un milagro que lo lograrás, pero el mérito está —agregó con burla

Sus manos se separaron y Cole pudo sentir como Kai lo tomaba del hombro deteniendo su caminata, acercándose a él plantando un beso en sus labios.
Kai sonrio con altanería al ver la vergüenza de Cole, listo para dar el ataque que le daría la victoria en su pequeña riña.

—La herrería es fácil, Bucket -hablo lento, con la picardia endulzado sus palabras, sin alejarse mucho de los labios de Cole—. En cambio tu eres la estrella, aun tengo tu pequeña presentación con los hijos de Garmadon

El rojo colorio el rostro del maestro de la tierra quien empujó a su pareja liberándose de su agarré.

—Lo elimine, ya no existe, Pixal me ayudo —exclamo tratando de borrar de su mente el recuerdo.

—Existen las copias de seguridad —dijo sonriente sin importarle la tierra temblando bajo sus pies.

—Eres un idiota

—Lo tomo como un cumplido

El maestro del fuego poso un brazo al rededor de la cintura de su pareja, acercándose para tomar una fotografía de victoria, una vieja costumbre que tenía cada vez que derrotaron a algún villano, o había algo que quería recordar.

«Perfecta» —pensó al ver la imagen que mostraba su móvil, para Kai cualquier cosa que tuviera que ver con Cole ya podía ser considerado un tesoro inconmensurable.

—Todos nos ven —escucho a Cole decir con cautela, tal y como lo hacía cuando se encontraban rodeados de enemigos.

—Por supuesto, soy caliente, quien quisiera perderme de vista —bromeo mirando con recelo a su alrededor.

También lo había notado, muchas personas habían volteado en su dirección desde que llegaron a la ciudad, no sólo los que chocaban contra Cole queriendo llamar su atención, había visto a más de un grupo de chicas emocionarse y murmurar entre ellas en cuanto se percataron de su presencia, y podía jurar que más de uno sacó casualmente su teléfono y comenzaron a hacerse fotos en cuanto los tenían cerca. Quizás la paranoia de Lloyd con este mundo se había pegado en Kai, pero no le gustaba este lugar.

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