3

284 37 6
                                    


La primavera llegó y era tu estación favorita, siempre íbamos al invernadero de la Srta. Thornhill, madre te amaba por llevarle una nueva flor para su jardín. Ustedes dos podían pasar horas ensuciando la ropa con una nueva especie. Solo que ese año fue diferente, me dijiste que no podías ir, que ya tenías planes con Ajax, iríamos después; lo dejé pasar y salí con Xavier y Eugene a la nueva librería que inauguraron cerca del muelle.

-Creo que alguien perdió la apuesta, Enid y Ajax ya casi van a cumplir un año juntos-una vez más la imprudencia de Eugene me hizo querer golpearlo.

-Shhh, Eugene, ten más tacto. No ves que aquí a nuestra querida amiga Merlina le duele.

-No digas estupideces Xavier-brame, nunca fui capaz de aceptarlo del todo, pero a esas alturas yo ya sabía que el amor que guarder por ti en la preparatoria había vuelto a florecer más fuerte que nunca.

-Oh vamos Mer, me lo piensas negar.

-No me digas así. Y si Xavier, te lo negaré, no siento nada por Enid más allá de la amistad.

Quizás tuve que haber confiado en ellos y contarles que me estaba ahogando sin ti, que mis noches ya no eran horribles porque le faltaban tus brazos cálidos, que me perdía en un purgatorio al solo pensar en ti.

Al salir de la librería yo no lo había notado, seguía molesta por las estupideces de Xavier, así que cuando Eugene tocó mi hombro y me dijo que viera al frente no lo espere, de la mano de otra mujer pasea el que era tu novio. Ajax besaba a otra mujer que no eras tú, Xavier tomó una foto de ellos dos deseoso de mostrártela, solo que algo dentro de mí, algo muy estúpido me hizo detenerlo.

-No se la enseñaras, Enid está feliz, no arruines esa felicidad.

-¡¿Estás loca?! la está engañando.

-No seremos nosotros quien se lo diga.

Los chicos no entendieron mi plan, pero era mejor así, revelamos todas las fotos y las metimos a un sobre junto una nota con recortes de revistas (muy infantil) pero me vi obligada a realizar ese acto, lo enviamos a tu domicilio y dejamos que estallara la bomba.

No funciono, me llamaste riendo diciendo que un sujeto había enviado fotos de Ajax con otra chica y que era chica era su ex, las fotos de seguro eran viejas y no pensabas caer en ese juego. Pude decirlo, pude confesar que no eran fotos viejas que Ajax la estaba engañando; solo que no lo hice, perdóname Enid, tuve las herramientas para haberte sacado antes de ese infierno.

Para el día de tu cumpleaños Yoko y Divina habían organizado una gran fiesta sorpresa, convenciendo a tu padre de poner su mansión para así poder invitar a toda la universidad; te llamaban la reina del chisme, eras la mejor periodista, siempre al acecho de una noticia, todos te conocían y aunque no eran amigos te estimaban. Así que sabiendo lo importante que era tu cumpleaños los chicos y claro yo quisimos prepárate algo especial. Llegaste tarde a tu propio festejo ya que Ajax se había molestado por la fiesta y se negaba a acompañarte, no me contaste del todo los detalles pero lucias triste y solo el alcohol te estaba animando.

Bailamos, como cada año, bailamos nuestra canción: rewrite the stars. Te habías enamorado de esa canción en secundaria cuando asistimos al baile de graduación juntas, gritaste a los cuatro vientos que al fin habías hecho bailar a la gran Merlina Addams, recuerdo reírme de tu euforia, tiempo después me sorprendiste cuando me dijiste que habías conseguido el nombre de la canción y me hiciste prometer que la bailamos siempre bajo las estrellas; como lo estábamos haciendo en ese momento, alejadas de todos en tu viejo balcón cubiertas por la luz de la luna y el manto estrellado. Tus labios no podían estar quietos, cantabas en un susurro bajo la letra de la melodía y yo solo pensaba en besarte, entonces pasó algo que jamás olvidaré.

-Merli ¿me amas?-tu pregunta por un momento me descoloco, solo que tus ojos gritaban que hablabas en serio, querías una respuesta sincera porque la necesitabas.

-Como solo un Addams sabe hacerlo: hasta la locura.

Tras esa confesión sentí mi corazón más ligero, al fin había expresado su sentir. Me besaste y mi vida dejó de tener sentido, tus labios tan suaves y dulces volvieron a encontrarse con los míos después de mucho tiempo, este beso ya no era como el primero; era más hambriento y lleno de vida. Beso tras beso no nos podíamos detener entramos a tu habitación y la ropa estorbaba, no pensamos en nada y solo nos concentramos en nosotras y en el ahora, nuestras bocas no se despegaban alentando al deseo infernal que nacía de nuestros cuerpos, el fuego nos quemaba deseosas de apagarlo. Esa noche fuiste mía como yo fui tuya, nos amamos y sabía que ahora nada podría borrarte de mi vida.

Lo más cruel de nuestra historia es que no quedó ahí, cuando llamabas a mi puerta dispuesta a apagar el fuego que nacía de ti yo era el bombero listo para salvar a la chica y ahogar ese fuego, por horas nos dedicábamos amarnos y al final siempre al terminar te quejabas de que Ajax era un mal amante pero un príncipe en todo lo demás, en cambio yo; mi historial con las chicas era nulo solo existía una chica que me pedía volver nuestros encuentro algo más formal, tenía miedo, a ella jamás lograría amarla como te amaba a ti y aunque me lastimaba nunca te pedí dejarlo, no en ese momento.

Al pasar la semana ya no volviste a mi departamento, ni contestaste los mensajes, Yoko me llamó para saber si sabía algo de ti ya que tampoco habías ido a la universidad, le dije que no sabía nada pues estaba ocupada en la editorial pero haría de todo para ponerme en contacto. Fui a tu departamento, Ajax abrió la puerta, había algo diferente en sus ojos, me dijo que no estabas y cerró la puerta quise insistir así que lo hice toque la puerta hasta que volvió a salir, esta vez furioso y dispuesto a golpearme si no me marchaba.

Volví al día siguiente y al siguiente, cada día durante un mes; hasta que un día abriste tú, mi corazón se partió al verte en ese estado tenias moretones por todos lados, un ojo completamente cerrado de lo hinchado y mal que estaba. No te pude dejar ahí, así que te lleve conmigo con el tiempo contado antes de que llegara ese salvaje, pensé en todas las maneras que conocía de degollar un cuerpo y esconder el cadáver, lo haría pagar caro por lo que te hizo.

-Lo mataré.

-No, por favor, solo déjalo pasar.-Suplicaste con los ojos bañados de lágrimas, con esa imagen no podía negarte nada, solo que tampoco podría prometerte que no lo haría.

-¡Dejarlo pasar! ¿acaso estás loca? te pudo matar.

-Me lo merecía.

-¿Estás bromeando?

-Él me dijo que no le gustaba que usara faldas cortas, porque los hombres me miraban y yo no le hice caso, fue mi culpa. Yo lo provoque.

Después de llamar a los chicos para que me buscaran lo necesario para curar tus golpes y dejarte con ellos, fui a buscarlo, no podía dejar las cosas así. Él aún no llegaba así que entre al departamento y espere hasta que por fin apareció, su cara al verme no fue la más alegre.

-¿Dónde está Enid?

-Eso no te lo diré.

-No te metas en esto Addams, no te conviene hacerme enfadar. Ahora dime dónde está Enid.

-Eres un poco hombre, te haré pagar por lo que le hiciste.

Termine en la comisaría, un vecino había escuchado todo el alboroto y llamó a la policía, Ajax presentó cargos en mi contra, nada que el abogado de la familia no podría solucionar, te rogué poner una demanda en su contra; me dijiste que no, con que lo echaras de tu vida seria suficiente.

Te quedaste en mi casa, te cuide hasta que estuviste mejor y de apoco volvías a salir, siempre acompañada de mi. Yoko y los chicos te cuidaban en la universidad para que ese patán no se te acercará, al salir venias a la editorial donde me pediste trabajo, dije que serias mi asistente a pesar de que ya tenia una, pero con ella no podía encerrarme en mi oficina y tener sexo o en mi lenguaje: idolatrar tu cuerpo.

Devil Doesn't BargainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora