ᴏᴠɪ | Pᴇsᴀᴅɪʟʟᴀs

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❝When all the world was very youngand mountain magic heavy hungthe supermen would walk in fileguardians of a loveless isleand gloomy browed with superfeartheir endless tragic livescould heave nor sighin solemn, perverse serenity❞

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❝When all the world was very young
and mountain magic heavy hung
the supermen would walk in file
guardians of a loveless isle
and gloomy browed with superfear
their endless tragic lives
could heave nor sigh
in solemn, perverse serenity❞

El clima era algo frío, era domingo y había poco sol a pesar de estar en verano. Estaba más nublado que soleado. Rae Soo-ara camina por las calles de Seúl jalando lo que parece ser un carrito con chatarra, estaba sucia y débil. Delgada. No pasaba los quince años, apenas podía mantenerse de pie.

Habían sido días duros, sus padres se habían quedado sin trabajo y apenas tenían lo justo para comer una vez al día con porciones muy limitadas. Ninguno conseguía trabajo, acaso Soo-ara, una vecina le daba algunas monedas a cambio de tirar sus carritos de chatarras, había estado tirando cuatro, ir de un extremo al otro en la ciudad era cansado. No había probado bocado alguno.

Cansada, se dejó caer al suelo a tomar aire. Decidió volver a casa y mañana muy temprano tirar ese carrito para devolverlo. Con las fuerzas que saco de algún lugar se encaminó a su hogar. No tuvo tiempo de saludar cuando algo empapó sus pies apenas se quitó sus viejos zapatos.

Sangre. Asustada encendió la luz. Toda su familia muerta, su hermana mayor, su hermano mayor y su hermano pequeño. Horrorizada salió corriendo de ahí en busca de ayuda. Era tarde, ¿quién la ayudaría? Pero una vecina salió a socorrerla. Cuando la ambulancia llegó ra tarde.

Esa misma noche fue puesta en un orfanato.

Pasando de como llega al orfanato llega otro escenario, ahora en un laboratorio. Ella sentada bien atada a una silla, su cabello esta recogido en una cola alta y el fleco le tapa los ojos. Ve todo borroso. Y parece que se mueve de un lado a otro, luchando con no caerse.

Se abre una puerta, alguien alto y delgado entra, traía un cubrebocas y un gorro quirúrgico. No era un doctor. Él se agachó para quedar a la altura de Soo-ara. La miró a los ojos. Él tenía bonitos ojos, era una lastima no poder ver todo su rostro, ¿qué edad tendrá ahí? Unos dieciocho o diecinueve, llegó ahí con dieciocho y escapó con veintiuno. Tres años perdidos. Lo más seguro era que tenía diecinueve, no experimentaron compulsivamente con ella hasta sus diecinueve y lo sabe porque cumple años cada inicio del otoño y ese día, todos estaban hablando del inicio del otoño.

Notó que sus ojos se hicieron aún más rasgados, una sonrisa. El levantó la mano, le colocaron una jeringa. Ella apenas entendía que era una jeringa. Sin más, el se la encaja en el brazo lo que provoca un grito de dolor en ella. Él deja de sonreír de golpe. Se pone de pie y con violencia entrega la jeringa.

Una mujer llega furiosa.

-¡No nos gusta la gente ruidosa! -y la hace caer inconsciente con un golpe.

𝐌𝐘 𝐋𝐎𝐒𝐓 𝐆𝐈𝐑𝐋 • 𝑹𝒀𝑼 𝑺𝑯𝑰-𝑶𝑯Where stories live. Discover now