♡ : CAPÍTULO X

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—No es mi culpa que su matrimonio sea tan frágil —dijo seriamente y restándole importancia a lo que había dicho y volvió su mirada a los libros intentando ignorarme.

—¡No debiste volver! —grité—, ¡Todo estaba bien hasta que llegaste!

Ella se levantó de su silla, se cruzó de brazos y me miró de forma arrogante mientras que se acercaba hasta la puerta donde me encontraba. Estaba tan enojado con todo el mundo y conmigo mismo por no querer dejar ir a Hyunjin, por querer estar con alguien que no me ama.

—No volví por él —dijo señalándome la salida—, las cosas pasan Jeongin y ahora estoy aquí y me gusta estarlo, no voy a irme sólo porque tú no puedes complacer a tu esposo.

Quise golpearla, iba a hacerlo, pero Hyunjin tomo mi mano que ya estaba muy cerca de su mejilla y me aparto de un jalón.

—¿Qué crees que haces? —pregunto— ¿Te volviste loco?

—¡No voy a darte el divorcio para que estés con ella!, ¡Sobre mi cadáver!

—Por favor cállate, no armes un escándalo —dijo mirando a los alrededores donde unos trabajadores se habían reunido—. ¡Y ustedes vuelvan a su trabajo!

Me solté de su agarre y me alejé: —Ya me oíste, no voy a darte el divorcio.

Fue lo último que le dije, empecé a caminar hasta la salida con Hyunjin detrás de mí, sólo después de disculparse con ella. Subí al coche en el estacionamiento y cerré la puerta en la cara de Hyunjin que empezó a golpear el cristal.

Arranque y después de manejar algunas cuadras empecé a llorar como nunca antes lo había hecho, ahora sí Hyunjin se iba, lejos, ahora sí lo estaba perdiendo, mis pesadillas se estaban haciendo realidad.

Y todo por esa mujer, su regreso me volvió loco, Hyunjin y yo no estábamos tan mal antes, él me besaba y dormía abrazado a mí, ahora sólo me daba la espalda.

Apreté el volante frente a mí con muchas ganas de pasarle el coche encima, me imaginé que la arroyaba con el coche una y otra vez. Llegue a la casa y miré la decoración, habíamos trabajado mucho para que quedara a nuestro gusto, compartimos tantos momentos juntos en este lugar que no podía verlo sin derramar lágrimas.

Tomé el jarrón de la mesa de entrada y lo aventé contra el cuadro de nuestra boda en la pared.

—¡Maldito Hyunjin!

Hice desastres por todos lados hasta que me canse y me deje caer al suelo, momentos después la puerta principal se abrió y observe a Hyunjin entrar, su expresión era preocupada y desconcertada al ver el desastre que había hecho.

—¿Podemos hablar? —escuche su voz detrás de mi espalda y trague saliva, no quería escucharlo pedirme el divorcio de nuevo.

—¿Qué haces aquí? —dije, sin poder ocultar mi tono de voz rencoroso—, todavía tienes trabajo, ¿no?

—Así es, tengo mucho trabajo —caminó pasando de largo y dejó su saco en el sofá de la sala—, pero esto es más importante. Nosotros somos más importantes.

—No voy a darte el divorcio Hyunjin.

—Tienes que hacerlo...

—¡He dicho que no!

Se arrodillo a mi lado y me tomó de ambos brazos, trate de soltarme, pero su agarre era más fuerte, luego sin previo aviso me beso, su lengua hundiéndose dentro de mi boca de una forma en la que jamás lo había hecho, posesivo y con intenciones de someterme.

—Para empezar de nuevo —dijo, tomando mi rostro entre las palmas de su mano y me beso de nuevo —en aquel momento te escogí a ti, la amaba, pero a pesar de todo por alguna razón te escogí a ti sobre ella.

La chica que amaste ❁ HyunInWhere stories live. Discover now