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Pasaron los días y entendió un poco más el contexto en él que ahora se encontraba, Había empezando a salir con Takemichi hace unas dos semanas (el llegó a la segunda) pero había algo diferente, parecía ser que sus padres todavía no sabían sobre su noviazgo con él, ¿por qué? Fácil, tenía miedo.

Hasta que un día le ganó más su fuerza de voluntad y se propuso que hoy mismo lo haría, se ganaría a sus suegros y sabía cómo hacerlo.

— michi

— ¿que sucede? — volteo su mirada hacia su rubio que lo veia con una seriedad nunca antes vista.

— quiero tener una cita contigo.

Se quedó sorprendido con lo que dijo el contrario, ¿Le estaba pidiendo una cita? Solo se quedó ahí mientras pensaba el por qué, mayormente solo le decía que saldrían a algún lugar X pero nunca pensó que le diría o se lo pediría con la palabra "cita".

— por su puesto — sonrió y lo agarro del brazo de nuevo para seguir caminando a su instituto — ¿a dónde quieres ir Manjiro?

Oh diablos, no lo pensó correctamente.

— es una sorpresa — lo único que lo salvo para poder mantener  su seguridad y no entrar en pánico, tenía miedo, conocía a los padres de su querido takemichi, sabía perfectamente que ellos lo querían mucho pero nunca antes tenía pensado como ellos lo verían como su nuero.

En su futuro había conocido a sus suegros ya cuando había pedido su mano de takemichi que al principio no les gustó del todo pues cuando lo hizo de un momento a otro había sido corrido de su casa y lo mismo sucedió en su caso, sus padres nunca aceptaron su relación, pero ahora quería hacer las cosas diferentes, quería mostrar una parte diferente de si, quería hacerlos ver qué él era alguien decidido y capaz de poder estar con su hijo y se los demostraría. Aún siendo un mocoso de 17 años.

•°~°~°~°•

Una ráfaga de nervios estaban consumiendo cada parte de sus ser y alma, estaba pensando cómo lo haría, en qué momento, no sabía ni como rayos había llegado en pensar en eso.

Estaba por tirarse de la ventana del segundo piso de su casa cuando el timbre sonó, salió corriendo lo más que pudo ganándole a la muchacha que ya iba en camino para poder abrir las enormes puertas de aquella casa.

Cuando llegó la abrió y lo primero que vio fueron los hermosos ojos azules de su querido novio, estaba tan hermosamente vestidos, su cabello estaba desordenado, le caían en sus ojo, y su ropa tan sofisticada, llevaba una polera color café no tan fuerte al igual que un pantalón no pegado que combinaba con la polera, se veía muy bien.

— hola manjiro, perdón la demora pero como pediste que no me vinieran a dejar se me hizo difícil tomar un taxi. — lo dijo con una sonrisa nerviosa mientras se agarraba el cuello, nunca antes había tomado un taxi.

— quería que fuésemos solo nosotros, mi padre me pudo comprar un auto y pues lo quiero estrenar contigo, mi michi. — dio un beso fugaz en sus labios para después tomarlo de la mano y llevarlo a la parte a un lado de la casa donde estaban tres autos estacionados.

Su padre siempre estuvo en una muy buena posición económica pero cuando se junto con Takemichi perdieron todo contacto con sus familiares, ante sus hermanos venían a visitarlos pero sus padres definitivamente nunca lo hicieron, más que cuando sucedió lo que sucedió.

Su padre siempre lo quiso para que siguiera sus pasos al igual que su hermano que ya tenía un lugar en la empresa de los Sanos, pero él estaba más ocupado en poder seguir con su pandilla y con su takemichi.

Solo una vez más (Maitake) Where stories live. Discover now