56 2 0
                                    

—en todas la líneas del tiempo, te ame y aún que suene cruel, hubiera preferido las mil veces que viaje que tú fueras el que muriera.... Si, por qué estoy seguro de que si hubiera sido al revés, no lo aguantaría verte sufrir como yo, y eso, es bueno, de que hayas sido tú...  Gracias, Takemichi. Gracias por todo. Te amo y te amare hasta mis últimos momentos...

Dejo la rosa que llevaba en manos en medio del pavimento, se paró como pudo y se dirigió a la entrada donde lo esperaban dos personas.

—Papá, no tienes que sentirte triste ¿si? El por fin ya está descansando en paz...

—No estoy triste, estoy feliz, porque pude vivir y estar hasta en su último aliento a lado suyo, fui feliz en toda esta vida porque él estuvo conmigo... Gracias a ese ser que ahora está allá arriba y que pronto lo acompañaré tengo a dos chicos que ahora ya son unos de los mejores profesionista de Tokio...

—Tiene razón... ¿Nos vamos? Tus nietos te extrañan y quieren pasar tiempo con su abuelo—rio a lo bajo intentado animar el corazón de su padre.

—Vamos entonces...

Despertó.

¿Un recuerdo? No, era el futuro, acaso el... Si, había esperanza.

Con la mano en su pecho y ambos ojos cerrados, juro encontrar la persona quien arriesgaría su futuro, no importaba cuántas veces fallara, lo intentaría una, y otra, y otra vez sin parar, porque si bien sabía que takemichi moriría, por lo menos, gustaría de poder vivir más años con ese hombre tan maravilloso.

...★...

—¿que es?—pregunto ansioso que al acto abría el regalo, dejando a la vista un gran peluche con un corazón en medio—. ¡es un oso!—inmediatamente se paró del frío piso a dirección hacia su amado novio, quién fue recibido con un abrazo y un beso en sus cabellos azabaches.

—Me alegra que te haya gustado, Mitchy—respondió el rubio aún abrazando el delgado cuerpo de su amado.

La madre del menor al observar tal escena no pudo evitar tomar fotos, siendo una más para el álbum que tanto tenía ganas de crear Manjiro. Entre tanto mimos y lloriqueos, un sonido hizo eco por la casa, habían tocado el timbre.

—¡Yo abró!—Separándose de su querido novio, se paró en dirección hacia la puerta de madera. Con una gran sonrisa abrió recibiendo al invitado— mucho gusto...—su sonrisa se nublo un poco al ver de quién o más bien, de quienes se trataba.

—Hola Mikey, parece que invitaste a la fiesta—respondió un chico de la misma estatura del chico quien entró sin más donde le seguían otros 5 chicos más detrás de él.

—no puede ser... —susurro a lo bajo intentado disimular su mal genio, sabía que cuando la pandilla se reunían, causaban desastres.

—¡Takemichi! Mis hermanas te envían este pequeño presente, ojalá te guste—hablo el más maduro entre los 6 que al mismo modo extendía una bolsa de regaló.

—¡Oh, Chicos! No pensé que vendrían.

—no teníamos planes de venir, Mikey no nos había avisado y nos enteramos por Hina—aclaro un azabache mostrando sus colmillos que al mismo modo recibía un codazo por parte de su comandante—¿ahora que dije?.

—Parece que tus demás amigos ya llegaron Take-chan, ¡iré por más botanas! —hablo la mayor parándose de su silla en dirección a la cocina.

—¡Permíteme ayudarle Hanagaki-San! —grito el chico de colmillos yendo detrás de su crush.

—Ese tonto sigue aún enamorado de tu madre takemichi, que asco—respondio Kazutora acomodándose en uno de los sillones que al mismo tiempo, le tiraba un regalo al azabache cayendo en su cara.

—¡Ay! —se quejo el chico en su lugar.

Y comenzó el convivio, risas y anécdotas empezaron a contar, entre pequeñas bromas y mentiras, donde cada chico reía y se sentía feliz de estar en su lugar seguro. Manjiro por otro lado, sin darse cuenta, habían pasado dos años, donde solo utilizo para poder aprovechar el tiempo que tenía con Takemichi, sin duda, lo amaba, el tiempo había pasado tan rápido que ni siquiera noto cuánto había crecido su cabello.

La imagen de sus amigos riendo, donde Baji hacia el ridículo para poder "enamorar" a la madre de takemichi, Draken y Kazutora peleando por cosas innecesarias hacian sentir dentro de él calidez, tal vez el tiempo que se tomó en descansar no fue en vano, las heridas que tenía habían sido cerradas, y tal vez, solo tal vez, sea egoísta y no regrese al futuro.

Solo, tal vez.


No me odien. 😭

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Solo una vez más (Maitake) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora