07 | Conociendo a la próxima víctima

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BLACK

Ya son más de las nueve y Alessandro no ha llamado. Doble B también está aquí, a mi lado, esperando.

—Llámalo —habla—. Ya no soporto más la espera.

—No, él dijo que confiara. —Me recuerdo más a mi misma que a él.

—Pero ya son las nueve y ni una señal ha dado.

—¡Maldición! Se lo dije, pero insistió en que no lo acompañara.

Ambos nos mantenemos en silencio, sentados en el sofá y viendo hacia la nada. Me percato de la hora: 21:25, que rápido pasa el tiempo cuando menos quieres que pase.

—Lo llamaré —declaro.

—No —. Detiene—, puede que lo haya olvidado y estará entrando en cualquier momento.

No puedo permitirme quedarme aquí, sin hacer nada; así que me levanto para caminar hacia la cocina y de regreso, llevo conmigo dos copas y una botella de whisky. Le ofrezco una a Doble B y acepta.

Nos servimos y dejo la botella sobre la mesa de centro.

—Las y media —informa, viendo el reloj de agujas en su muñeca—. Deberíamos ir, esto está muy raro.

Con celular en mano, llamo haciendo caso omiso a Doble B y coloco la bocina en altavoz. En lo que el celular suena, veo hacia la entrada del pasillo, por si aparece.

Doble B ya se encuentra de pie, observándome, preocupado. El teléfono suena por quinta vez, después, habla la operadora.

—¿Qué hacemos? —pregunta.

—Iremos a buscarlo, ahora. —Logro escuchar en mi voz una nota de desesperación.

Antes de dirigirnos a la puerta, agarro las llaves de la casa y del auto. Caminamos hacia la salida y al abrir la puerta, vemos a Alessandro apunto de meter las llaves por la cerradura.

En cuanto lo veo, dos emociones cruzar por mi cuerpo: alegría al saber que ya está aquí, cerca de mí y enojo, porque no llamó, como dijo que lo haría. Pero por ser él, mi enojo se esfuma de inmediato.

Su rostro se tranquiliza en cuento nos ve.

—¿Qué ocurrió? —pregunta Doble B—. Traes una cara...

Volteo a verlo con una mala mirada.

—Entremos —pide Alessandro—, adentro les cuento.

Visualizo una carpeta en su mano. Nos hacemos a un lado para que él pueda entrar y cierro la puerta.

En el camino para la sala no dice nada y todo es una completa tensión. Me siento culpable porque no tengo ni idea de lo que ocurrió o si en esos momentos necesitó ayuda.

Ya en la sala nos volvemos a sentar en el sofá, uno al lado de otro, quedando yo en medio.

—¿Pasó algo por lo que deberíamos preocuparnos? —pregunta Byrlem.

Me recuesto en el respaldo para que pueda vernos a ambos. Espero a que Alessandro responda.

—Nada, solo... me sorprendió lo que contiene la carpeta.

Desde ese momento, siento que está ocultando algo, pero no pienso presionarlo en estos momentos.

—¿Podemos ver qué contiene? —Doble B se escucha desesperado.

Alessandro saca unas cuantas hojas de la carpeta y la dirige a mí, le entrego unas a mi amigo.

—En esta carpeta hay más información precisa de la mujer que he estado investigando —informa—. Se trata de Madeline Bonnedetti.

Me quedo un momento en silencio, ya que reconozco ese nombre, pero no sé de dónde.

—Una de las candidatas a quedar como presidente por el fallecimiento de Frank —lee Doble B, en una de las hojas que tiene en sus manos.

—Así es —comenta Alessandro—, pero hay mucho más.

Ahora es mi turno de leer lo que se encuentra en mis manos:

—Es una integrante de uno de los carteles más importantes en Loriam, pero ¿cómo no ha salido a la luz esto?

—Estamos en Gualoriam, Adria —comenta Berne—, uno de los países más corruptos.

Tiene razón. No se puede esperar más.

—¿Creen que ella haya sido la responsable de todo? —pregunto.

—Todo apunta a eso —responde Alessandro—. Con la información que he reunido y esta, queda más que claro.

Cuando digo todo, me refiero al asesinato de mi madre, el secuestro, la muerte de Alan (mi hermano), mi aislamiento obligatorio del exterior por "mi seguridad", la indiferencia de mi padre; para luego su suicidio.

Alejo todo eso de mis pensamientos, no es momento de ser débil.

—¿Y si no es así? —cuestiona Doble B.

—Habría que investigar más —respondo—, pero eso no quiere decir que ella no merece ser acabada. Aquí hay muchas cosas horribles que ha cometido.

—Recuerda tu promesa —habla a mi lado Alessandro—. Esto es a lo que podemos llegar.

Doble B me pasa el resto de hojas y las examino con mucha precisión. En ellas sale una mujer, no mayor de cincuenta años caminando por la calle. Se ve que es una mujer de alto linaje.

En la próxima fotografía, está solo su rostro. Me quedo más tiempo viendo esta imagen, para grabarla en mi memoria. Hay una engrapada, donde se encuentra en ella una mansión y en una nota, la dirección exacta.

—¿Creen que Erick podrá ayudarnos con esto? — pregunto.

—Adria, por favor. —Escucho la voz de Alessandro, pero la ignoro en su totalidad.

Yo misma me respondo ya que no tienen intención de hacerlo.

—Hablaré con él, espero pueda ayudarnos.

—Es muy peligrosa, por lo que se ve —opina Doble B—. Es buena información lo que conseguiste.

—Lo es —responde Alessandro.

—Entre más rápido averigüemos esto, más rápido se resuelve.

«Y más rápido podré cumplir con mi promesa».

Y más rápido vendrían los problemas.

Hola, ¿cómo van las cosas por aquí?

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Hola, ¿cómo van las cosas por aquí?

Un capítulo muy corto para relajar las cosas, porque muy pronto se viene drama, tensión, acción y muchas otras cosas más.

Bueno, aquí pudimos notar que a Adria le gana más su impulso que cumplir sus promesar, aunque eso va a cambiar más adelante, para bien. Ya verán, jeje. ;)


Black 01 | Sed de venganza [✔] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora