53 | Una aparición inesperada

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BLACK

Todos estamos con los brazos levantados y varios hombres empiezan a caminar hacia nosotros mientras nos apuntan. Me duele un demonio levantar el brazo lastimado, así que ese no lo elevo tanto como el otro.

Hay quince hombres y uno se acerca a cada uno para desarmarnos hasta que bajamos los brazos.

—Después de tanto lío —habla el tipo que parece el jefe—, por fin los tenemos. A Madeline le alegrará matar seis pájaros de un tiro.

Terminando de hablar, voltea hacia Alessandro y le da una sonrisa burlona, él aparta la mirada. Pueden ver nuestros rostros ya que, al acabar con los anteriores tipos, hemos desactivado los cascos.

Las miradas que se lanzan me inquietan, pero dejo de darle importancia cuando el que ha hablado se acerca a mí con arma en mano. Observo el fusil y luego su rostro, él hace lo mismo, pero con mi herida.

Se coloca a cierta distancia y empieza a subir el arma. Levanta una de sus cejas, retando a moverme. La punta del arma ya está en la herida, pero aún no hay presión. No dejamos de vernos a los ojos, hasta que poco a poco siento la fuerza que empieza a ejercer y el dolor comienza.

Por un momento la mirada se me debilita, mi respiración se agita y doy un paso hacia atrás. El tipo entrecierra los ojos y decido quedarme donde estoy. Vuelve a colocar el arma y, sin previo aviso, hace presión en un solo empujón.

Oculto un grito apretando los dientes y siento como una línea de sangre empieza a salir del hombro.

—¡Déjala! —Escucho gritar a Alessandro.

Volteo hacia donde está y noto que le están apuntando hacia el cuello.

—Dile que se detenga —habla el tipo solo para mí—. No queramos matarlo, aún no.

—Detente, Al —sugiero, mientras me tambaleo hacia atrás—. Quédate ahí.

Mi compañero hace caso a regañadientes porque sabe que cualquier cosa que intentemos hacer, hará que nos maten.

—Déjalos a ellos en paz —hablo de nuevo—. Yo soy a la que buscan, el problema es conmigo. Deja que se vayan.

—¿Crees que sería así de fácil? Tenemos órdenes y solo esas cumplimos. Caminen.

Los hombres se colocan detrás de cada uno y empiezan a empujarnos con las armas para que caminemos hacia el bosque en el que acabamos de salir.

No caminamos ni diez metros dentro del bosque, cuando nos detenemos al escuchar autos aproximarse. Todos estamos confundidos, incluso los guardias. Con eso sé que ni ellos saben qué sucede.

Las camionetas frenan frente a nosotros, pero no baja nadie de ellas. Los hombres de Madeline se observan, desconcertados y se preguntan qué pasa. Mi grupo también voltea a verse, nadie sabe lo que sucede.

Se ponen alertas, apuntando hacia las camionetas.

—¡Avancen! —grita quien está custodiándome—. ¡Los demás que se encarguen de ellos!

Unos segundos después de escuchar esa orden, como si lo esperara, varios hombres salen de las tres camionetas. Visten de traje negro y llevan armas consigo. Se forman en una línea horizontal frente los autos, demostrando que no tienen miedo.

—No disparen —ordena el hombre—, si son más de ellos, hay que capturarlos con vida.

Le pide a otro guardia que lo acompaña que me escolte y empieza a avanzar hacia el frente. De la primera camioneta salen dos personas, mi corazón empieza a acelerarse al notar que reconozco a uno.

Black 01 | Sed de venganza [✔] #PGP2024Onde histórias criam vida. Descubra agora