ᴄᴜʟᴘᴀ

𝐇𝐞𝐜𝐡𝐨𝐬

Narra Adara

Desperté en los brazos de Iván, llevábamos semanas muy bien si discutíamos, pero últimamente anda muy pegado a mi no me confío del todo pero me alegra que ahora esté más con nosotras. Ya no sale de la casa si va a trabajar es con sus hermanos y ellos vienen a la casa.

Me levante, fui al baño e hice mi rutina. Fui a la habitación de mi pequeña ivanna que cada día crecía más.

—Buenos diash mi pequeña —ella estaba más que despierta, era muy madrugadora!

La abrace, baje a la cocina para empezar a hacer el desayuno no sin antes aver amamantado a la pequeña princesa de la casa.

La dejé en su mecedora para rápidamente dirigirme a la cocina para cocinar una machaca con frijoles y jugo de naranja.

Termine de preparar la machaca, sentí unas manos en mi cintura.

—Buenos días Ada— saludo Iván, dejando un beso en mi cuello.

—Buenos días Iván—

—Que te e dicho de bajar a cocinar con esas pijamas—voltee averlo.

—Deja de morderte el labio, después estás quejándote que te duelen. —lo regañe

Rodó los ojos ignorándome.

—Porque eres tan amargado Ivan —pregunté mientras servía una porción de machaca en uno de los platos, para después dárselo a Iván.

—Porque tú eres mi mujer —lo mire ofendida.

—Eres un hijo de la chunga....—sentí sus labios sobre los míos—

—Adara aquí está La Niña no malas palabras

—Pero si hola, tú tienes boca de albañil —me miro.

—Bueno ya, ven a sentarte quiero hablar contigo—

Me senté con mi plato servido.

—Ahora dime de que quieres hablar conmigo —

—Adara quiero hacer las cosas bien, quiero que lo intentemos bien estamos últimos días que nos entendemos tan bien, me siento feliz de que estemos bien — lo mire confundida.

—Quieres hacer las cosas bien?

—Si quiero que seamos una familia así bonita hagámoslo por nuestra hija —

—Que hay de Zulema — mire cómo sus hombros se tensaron un poco.

—Desde la fiesta no a tenido contacto con ella —

—No te creo del todo Iván —

—Pues créeme enserio, tú misma has visto no me despego de ustedes no e tenido contacto con ella ni lo tendré —

Tal vez tenía razón, deberíamos de intentarlo por nuestra hija ella merecía tener una familia bien no una familia donde hubiera golpes ni nada agresivo.

—Está bien Ivan, solo ya no más golpes — me miro.

—no más golpes, nomas en el cuarto tu ya sabes cómo —sentí mis mejillas arder.

—Ivan no seas pícaro descarado cochino —

—Que vibora tan venenosa eres, mira me insultaste en tres segundos —se acercó a mi para dejar un beso en mis labios, para después morder mi cuello, cosa que me dolió.

—Hijo de la chingada me dolió baboso —me miro ofendido, para subir sus labios a los míos en un beso atrapo mis labios en sus dientes dejando un mordida que probablemente dejaría marca por unos días. Sentí el sabor metálico de la sangre.