Memories [Marco Reus]

Capítulo 3

Al entrar, comprobé que todas las chicas ya se habían duchado y ya estaban casi vestidas, incluida Sandra.

- Que te dijo? -pregunta Sandra acercándose a mí.

- Tonterías – digo rodando los ojos.

Vuelvo a coger todas mis cosas y esta vez nadie me impide ducharme. Me encuentro sola. Parezco un palillo debajo de la ducha, estoy en una postura recta e inmóvil. Cuando vuelvo en mí, abro el bote de champú y me enjabono el pelo. Cuando no queda ningún rastro de champú en el pelo, salgo de la ducha y me envuelvo en una toalla. Me seco poco a poco, y cuando logro secarme completamente, me visto con el chándal del equipo. Por fin vestida, me dirijo al espejo para decidir qué hacer con mi pelo. Odio estas situaciones, entonces, decido hacerme un moño. Cuando lo tengo por fin todo recogido, salgo del vestuario. A la entrada del túnel, había un corrillo de personas, a las cuales conocía a todas. Cuando llego a su lado, me sitúo al lado de Sandra.

- Hola – saludo.

- Reafirmo mi teoría, las chicas tardáis demasiado – ríe Marco.

- Mejor no comento cuánto tardas tu en arreglarte no? – contraataco.

- No tanto como tú – me casa la lengua, y acto seguido le saco yo la mía.

- Parad los dos – regaña Sandra – Reus, da ejemplo, que eres el mayor.

- Sois hermanos? – pregunta alguien que está al lado de Marco.

- No, pero como si estas enanas lo fueran – sonríe Marco.

- Que conste que me llama enana pero solo me gana por meses – añade Sandra.

- Yo mejor ya no digo – sonrío, y ante mi comentario, todos ríen.

- Yo soy Götze, Mario Götze – se presenta el amigo de Reus – y este es Mitch – señala a la persona que tiene a su lado, a la cual no había visto pero que ya conocía.

- Yo soy Sandra, encantada – saluda a los dos dándoles dos besos.

Pude ver como Mario no podía sacar la vista de encima de mi hermana. La miraba de arriba abajo cada dos por tres.

- Yo soy Laura – me presento.

Mario me da dos besos, y Mitch otros dos, y cuando nos separamos sonríe.

- Por qué sonríes Weiser? – pregunta sonriendo Mario.

- Ya nos conocemos – añado.

Todos se miran entre ellos, sin decir palabra, pero sus miradas ya dicen lo suficiente.

- Me animó al final del partido cuando me tiré en el suelo – comento.

- Bueno, entonces, comemos todos juntos? – propone Marco.

- Perfecto – responde Mario, los demás, simplemente asentimos.

Sandra y yo dejamos nuestras mochilas en el coche de Reus, y luego nos fuimos a un restaurante que estaba al lado del estadio. Ya acomodados, pedimos cada uno su comida. Ya pedida, decidí preguntar cómo se conocieron Mario y Marco, ya que Reus nos habla mucho de él, pero nunca nos contó cómo se conocieron. Mario nos explicó que el entró en el Borussia en el 2009, y Marco en el 2012, y cuando se conocieron, se hicieron muy buenos amigos. Reus nos contó, que el año pasado Mario decidió irse al Bayern, el enemigo, y eso lo hizo llorar mucho. Me acuerdo perfectamente de ese momento, cuando recibió la noticia, nos llamó rápidamente y tuvimos que ir a animarle, y no levantó cabeza en al menos dos semanas.

- Y cómo conociste a las chicas, Reus? – sonríe Mario.

- Cuando fuimos a hacer las pruebas, los chicos estaban allí para supervisar y dar opinión, y cuando Marco nos vio, se enamoró de nosotras... - ríe Sandra – y hasta ahora, aguantándole.