Capítulo 11

149 8 2
                                    

- Arriba! – grita Sandra – hoy es el gran día! – esta vez más alto.

Me levanto algo confusa, pensando que casi me paso un día entero durmiendo. Me pongo de pie tranquila, y cojo mi mochila para preparar el material para el partido. Preparo todo, y una vez listas las dos, bajamos al hall. Como de costumbre, allí estaba Marco. Me metí en el coche seria, sin decir nada, no me apetecía hablar. El viaje fue silencioso, parecía eterno, pero por fin, llegamos a nuestro destino. Salí seria del coche, y entré al estadio para ir a la zona de vestuarios. Me senté en mi lugar habitual y empecé a vestirme con el equipo necesario. El entrenador entró una vez ya estábamos todas listas, y empezó a dar la alineación. Al principio no atendí, pero cuando llegó a los mediocentros, ya centré un poco más mi atención.

- Y en el mediocentro, Sara, María y... Carmen – finaliza.

Una vez finaliza la alineación, comienza la charla. Mandé a la mierda la charla, me importaba una mierda. Estaba cabreada. Una vez acaba ya la charla, soy la primera en salir. Salgo echa una furia, y necesitaba descargar contra algo, y decidí darle un puñetazo a la pared. Al mirarme los nudillos, pude ver que estaban rojos, hasta había algunas gotas de sangre, pero me daban totalmente igual. Ya en el campo, todas fueron a calentar, excepto yo, que me senté en el banquillo. Me senté en una esquina y empecé a soltar toda la mierda que tenía dentro. El tiempo se me hizo corto, ya que minutos después, nos llamaron para vestirnos. Yo solamente entré al vestuario, cogí mi camiseta en la mano y me fui. Como sabía que no iba a jugar, pasé de ponérmela. Ya todas listas, saltaron al campo y se saludaron. Después del saludo, y una vez colocadas todas, empieza el partido. No tenía el pensamiento en el partido, mi mente estaba demasiado ocupada. En medio de la primera parte, me fui del banquillo y estaba a punto de entrar en el vestuario cuando alguien me frenó.

- Hola – saluda una voz conocida, demasiado. Mitch.

- Hola – sonrío, y le intento dar un abrazo, pero me rechaza.

- Tenemos que hablar – comenta, serio.

- Ahora? – pregunto.

- Ahora – insiste – Laura, no sé a dónde quieres que lleguemos, pero muy lejos se nota que no. Estoy enamorado de ti, pero al cambio, no percibo lo mismo de ti. Puedo ver lo mucho que le importas a Marco, y seguro que al revés es igual. Tú le gustas, y seguro, que él a ti también, y no puedo seguir con lo nuestro sabiendo eso – explica, pasándose las manos por la cara.

- Qué coño dices? – pregunto, atónita.

- La verdad que todos sabemos – dice, limpiándose las lágrimas que le están empezando a salir – cuando fui al hospital, Marco estuvo allí a tu lado y pude ver lo mucho que le importas. También vi los comentarios de la foto, por eso aquella reacción, la gente tiene razón.

- Por favor, dime que esto es una broma – digo llorando.

- Lo siento – dice, dándose la vuelta y sacando un pañuelo para sonándose.

- Mitch! – grito, pero ya es tarde.

No puedo creerme lo que acaba de pasar. No aguanto más, me tiro en el suelo y rompo a llorar. No puedo parar de gritar. Me encuentro tirada en el suelo en forma de feto, agarrando mis rodillas.

- Eh, que te pasa? – me pregunta alguien que se agacha a mi lado; Mario.

- Que mi vida es una puta mierda, eso es lo que pasa! – lloro.

- Arriba Laura, que vais ganando, vamos – me anima.

- Eso me da igual, lo que tendría que pasar ahora es que yo tendría que estar en el campo y estar contenta de tener el mejor novio del mundo, pero las dos cosas se fueron a la mierda! – grito.

Memories [Marco Reus]Where stories live. Discover now