47. Las sombras de tus antepasados

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Primero Mika y ahora un prometido que alguna vez tuvo Chris. —¿Quién es?— Preguntó con voz vacilante y sus manos comenzaron a sudar en frío.

—Fue Emilio Moretti...— Lorey recordó un artículo de una revista mensual que le encantaba, y en la sección de economía había visto una imagen de Emilio Moretti. Un sigma que es la cabeza de su familia, no importó que fuera un pasivo, él se hizo cargo de todo después de la muerte de todos los activos de su familia.

Era un rubio hermoso, por lo que Lorey sintió la rivalidad, también parecía tener un físico parecido al de Lorey.

—¿Te gustaba...?—

—No particularmente— Lorey mordió su labio ante aquella respuesta ambigua.

—¿Por qué rompieron su compromiso?—

—Él es mucho mayor que yo, y cuando lo conocí me dijo que había conocido a su compañero destinado, así que nuestro compromiso no hubiera llegado a ninguna parte—

—Ah, ya veo— Los músculos de Lorey se relajaron. —Chris, debes informarme de esa clase de cosas— Sonrió en una mueca torcida.

Al ver aquella expresión desafiante Chris sonrió emocionado. —No es nada importante, además Emilio ahora está casado y tiene un hijo de casi la misma edad que el nuestro, por eso lo sugerí—

—Está bien, me gustaría conocerlo. Siempre hay que conocer a personas capaces como él—

—¿Por qué siento que tienes otras intenciones?—

—Oh, no me malinterpretes—

—Está bien, pero ten en cuenta que los Moretti son aves, aunque ahora solo hay dos de ellos— Lorey tomó en cuenta su advertencia, ya que un pájaro mataría a una serpiente. —Y uno es un pequeño polluelo que aún está aprendiendo a hablar, y a él quisiera comprometerlo con nuestra pequeña serpiente—

—Las serpientes se comen a los polluelos y a sus huevos, al final la decisión será de nuestro hijo—

—Está bien mientras no se involucre con un incompetente—

—¿Qué pasaría si consigue un pretendiente que no te agrade?—

—Recibirá una bala en la cabeza— Habló fríamente.

—Pobre de nuestro pequeño Darían—

Se escuchó un golpecito desde la ventana, así que Chris se levantó a abrirla. —¿Qué tal?— Preguntó Zyon y su esposa saludó.

—¿Desean ver a mi papá?—

—Iremos enseguida, Lorey, abrígate bien— Ambos se pusieron más ropa encima para poder salir y Chris le colocó encima un gorro gris a Lorey.

—¡Hace buen tiempo!— Comentó Ginger al ver un poco de sol entre las nubes que habían dejado caer la nieve anteriormente.

—No sé si recuerdes el laboratorio central que se encontraba aquí—

—Tenía una fachada de hospital— Dijo Chris.

—Sí, hoy en día funciona completamente como hospital y mi suegro continua a cargo, sin embargo, ahora está enseñando a nuestros hijos—

—Justamente me preguntaba donde estaban mis otros tíos—

—Se fueron hace tiempo de la casa— Respondió Zyon.

—Tiene sentido...—

—Ah, y cuando puedas visita a tu tía gruñona, ¿Sí?— Chris asintió a lo dicho por su tío.

El emperador de los alfasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang