17 La Respuesta

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Camila

—Ignacio dime al... —no termino la palabra algo. Porque él me interrumpe
colocando su dedo pulgar sobre mis labios. Lo pasa varias veces por mi labio inferior, sus dedos son tan suaves y luego por el superior, con delicadeza como si los estuviera preparando... para él. Unos segundo después deja su mano al lado de mi rostro. Se acerca y cierro mi ojos porque creo que va a besarme.
Sus labios tocan los míos, el beso no es rápido, ni lento, es tierno. Coloco mis manos alrededor de su cuello un poco nerviosa porque es la primera vez que nos besamos.

Mi primer beso fue con Ignacio, él coloca una mano en mi cintura me atrae más hacia su cuerpo. Y la otra la sigue dejando en mi cara. Sus labios son suaves y húmedos con un sabor a menta y a champaña.
Me gusta ese contacto que hicieron nuestra lenguas cuando se tocaron por primera vez y nuestro cuerpos están tan pegados que escucho su corazón acelerado. Mientras yo siento algo en mi estómago y creo que son las famosas mariposas.

No sé cuánto duró nuestro beso. Pero luego de unos minutos, no separamos su frente está pegada de la mía.

—Tú también me gusta pecosa —responde con una sonrisa.

Escuchamos fuegos artificiales. Me volteo hacia el balcón y el olor del mar llena mi fosas nasales. El resplandor de la luna llena opaca el brillo de las estrellas. Me abraza por detrás quedando mi espalda pegada a su pecho y vuelve a rodear mi cintura con sus brazos. Su cabeza está junto a mi cuello.

—¡Qué preciosidad! —exclamo mientras miro el cielo inundados por fuego artificiales.

—Más preciosa eres tú mi pecosa —expresa dándome un beso en mi mejilla... mientras veíamos en el cielo la explosión de fuegos artificiales.
Esa noche cuando volvimos a la mansión sentía que la felicidad no me cabía en el pecho. No me lo podía creer, le gustaba a Ignacio mi mejor amigo él único chico que me ha gustado desde que solo era una niña. Esto me parece un sueño hecho realidad.

...
Pero todo fue demasiado... hermoso para seguir siendo así. Porque al siguiente día, en la mañana todo cambió, recibí dos  mensaje del chico francés.

Ignacio: Pecosa lo siento, olvida lo que pasó anoche.

Ignacio: No te puedo corresponder, no preguntes porque solo entiende que entre tu y yo no puede existir nada más. Solo puedo ofrecerte mi amistad.

Yo: Ignacio si esto es una broma es de mal gusto.

Ignacio: Nunca bromearía con algo así.

Yo: Si no quieres nada conmigo por lo menos dilo de frente.

Ignacio: Hablaremos cuando llegue de la universidad entonces.

Ese día no quise desayunar, reprobé una prueba de matemática porque no podía concentrarme. Ni siquiera almorcé cuando regresé a la mansión mis ojos estaban inflamados de tanto llorar, él me envía un mensaje.

Ignacio: Estoy en la sala de estar sube.

Yo: Okey voy.

Cuando llegó él está parado en la entrada.  A pesar de tener su rostro serio noto un rastro de tristeza.

—Yo quiero decirte que nunca ha sido mi intención hacerte daño y quiero que entiendas que entre nosotros no puede haber nada.

Lágrimas recorren mi rostro quisiera contenerlas, pero no puedo. Sí estoy como una tonta, llorando frente a él.

Limpio mis lágrimas. No sé de dónde sacó fuerza.

—Te conozco Ignacio se que me quieres, no se porque está haciendo esto, pero quiero que sepas que te esperaré cuando quieras volver aquí estaré para ti. Sus ojos verdes están cristalizados. Se voltea serio para irse.

—Yo sólo te veo como una amiga así que olvida lo que pasó anoche —dice  sin mirar hacia atrás.

Esa fue la primera vez que él rompió mi corazón. Lloré tanto porque sentía un dolor en mi pecho, los primeros días perdí el apetito y hasta el sueño a partir de ahí él se alejó de mí. Me dolió porque él fue mi primer amor, él chico que me dio mi primer beso, esa persona que hacía acelerar mi corazón y que mi estómago sintiera cosas.
Pero ya entendí que esto no es un cuento de hadas, yo no soy la cenicienta, que se consigue al príncipe azul y se casaron y vivieron felices para siempre.
A partir de ahora me mantendré alejada de Ignacio. Sí él puede vivir sin mi yo también puedo vivir sin él.

...

Cuando llegó a mi habitación dejo el morral en mi pequeña mesa de hacer tareas y me doy un baño. Almuerzo en la habitación... Porque no quiero que nadie mire mis ojos inflamados. Cuando reviso mi móvil tengo dos mensajes. Uno es de Ceci y el otro de Ignacio, abro el de amiga dice:

Ceci: Cami no puedo ir al concierto de BTS lo suspendieron estoy súper triste. 😭

Ceci ama BTS que mal que no pueda ir.

Yo: No te sientas mal amiga, será en otra ocasión y así podemos ir las dos.

Ceci: ¡Si en otra ocasión! ¿¡Cami, vámonos de fiestas mañana!?😏

Me río porque Ceci no fue a clase hoy. Pero si quiere irse de fiesta mañana.

Abro el del joven francés dice:

Ignacio: Pecosa me siento mal por como te trate hablemos 😔

Ignoro el mensaje de él, porque ya me decidí, me voy a dar por vencida con Ignacio.

Le empiezo a escribir a Ceci.

Yo: ¿Por qué no fuiste a clases hoy?

Ceci: Mi mamá se enfermó, mi papá la llevó a la clínica y me dejaron encargada del café.

Los padres de mi amiga tienen una cafetería. Ella trabaja ahí de mesera, en sus ratos libres.

Yo: ¿Cómo está tu mamá?

Ceci: Bien era una tontería, no es nada grave me dijeron ellos. Así que vámonos de fiesta.

Yo: Que bueno que no era nada grave y de fiestas mañana ¿A dónde?

Ceci: Mi primo del que te hable ese día que gusta de ti, hará una fiesta mañana en la noche.

Yo: No estoy de ganas y sabes que a mi madre no le gusta eso de que me vaya de fiesta.

Ceci: Pues no le digas, además bastante que te escapabas en las noches para irte de fiesta con el riquillo y sus dos amigos.

Ceci: Anda, Cami vamos, vamos ¡sii! ¡siii!

No sé, si debería ir la verdad me siento deprimida o quizás debería ir así tal vez despeje la mente. Además para mañana mis ojos, no creo que estén inflamados.

Yo: ¡Está bien mañana nos vamos de fiesta amiga!

Ceci: ¡Te amo Cami por eso eres mi súper mejor amiga!

Autora: STEFI LM

Gracias por leer.

¿Qué les parece Camila?



Eres Mia (Completa)Where stories live. Discover now