Eres Mia (Completa)

22 Doble pelea

Ceci

—¿Prometida?—repitió Cami boca abierta.

—Sí, Eliot está comprometido con ella desde hace meses —le respondió su mejor amigo con preocupación.

—Chicos lo que sea que vayan a hablar háganlo adentro —mencionó Bradley.

El cumpleañero se acercó molesto a la chica y la tomó por el brazo y se la llevó a la fuerza.

—Vamos Ignacio, tú sabes que esos dos son capaz de matarse  —habló el que me cae mal.

—Ya vengo pecosa —le avisó mientras se levantaba, ella asintió.

Ellos se fueron, Camila y yo nos mirábamos. Natasha la chica que estaba con Eliot se levantó y se fue molesta, la vimos caminar hacia la salida de la mansión. La muy creída nos hizo mala cara antes de irse como si nosotras tuviéramos la culpa de algo.

Una hora después Cami me dice que los vayamos a buscar. Pero como es una mansión grande. Sugirió que nos dividiéramos. Ella va a buscarlo en el segundo y tercer piso y a mí me toca el cuarto y el quinto. Mientras recorría la mansión, me di cuenta de que era puro lujo las paredes blancas estaba decoradas de cuadros; observé algunos jarrones y estatuas. Me detuve en un pasillo del cuarto piso porque escuché gritos... Me acerqué hasta allí.

—¡Yo nunca te voy a ser fiel!

Abro un poquito la puerta y pude verlos. Estaban en una oficina había una biblioteca, escritorio y muebles.
Pero ellos no se percataron de mi presencia. Eliot estaba parado detrás del escritorio. Y la chica frente a él ambos luciendo molestos.

Ignacio y Bradley estaban sentados en un mueble. Que por suerte está de espalda a la puerta.

—¡No toleraré tus infidelidades! —gritó, cruzando sus brazos.

—¡Entonces habla con tu padre para que rompan nuestro compromiso, por qué yo no pienso cambiar y menos por ti! —Levantó la voz.

—¡Como si eso fuera tan fácil, cretino! —gritó de nuevo mientras tomó un vaso de vidrio y se lo lanzó a su prometido, que por suerte se inclina y el recipiente pego de la pared y se partió.

—¿¡Estás loca!? —Alzó la voz otra vez. Y esa chica se da la vuelta y sale de ahí, ni siquiera me mira cuando me pasa por un lado. Note sus ojos azules llenos de lágrimas. Eliot toma las llaves del escritorio y vienes tras ella pero Ignacio se levantó y lo detuvo por un brazo.

—¿A dónde piensas ir? —preguntó el riquillo.

—Voy a llevarla a su apartamento. No puedo dejar que conduzca con esa ira.

—¿Para qué la haces enfadar?, si luego vas a preocuparte por ella —intervino Bradley parándose a su lado.

—Deja de ser tan duro con Amelia Eliot, ella no tiene la culpa de que los estén obligando a casarse —lo aconsejó el mejor amigo de Cami.

Se soltó del brazo de Ignacio y se fue molesto. Me aparte para que no me descubrieran, pero ya es muy tarde. Eliot acabó de salir y él si me vio, pero iba tan apurado que me ignoró.

Ignacio se sentó en el mueble dónde estaba de espalda. Bradley se sirvió una bebida creo que es whisky y sacó su móvil y lo revisa después se sienta encima del escritorio.

—¿Cuándo dejaras ese jueguito qué tienes con Camila acaso no te aburres? —preguntó el rubio de ojos azules, mirando a Ignacio.

—Claro que me aburro... Por eso es que ya no juego con ella, como antes.

Bradley ríe al oír eso y tomó un trago de su whisky. Esos riquillos solo son una basura, recuerdo que Ignacio y Cami estaban con las manos entrelazadas debajo de la mesa. Se miraban como unos tortolitos enamorados.