______ Seymour
Un bebé llorando. Eso es lo que oían mis oídos. Hacía lo posible por abrir mis ojos más no podía. Todo se sentía tan extraño. No recordaba nada. Es como de esos sueño que tenía en la tarde llegando de la escuela y no despertaba hasta la noche, con sudor y babeando. Sin en cambio aquí tengo frío y tiemblo.
Ese chillido seguía ahí, sin dejarme dormir si quiera un momento. Enojada, me siento de dónde estoy, abriendo los ojos abruptamente. Miró a mi alrededor solo para darme cuenta de que no estoy en México ni mi casa. Estoy en Corea del Sur, o bueno, eso pienso yo, con frío en todo mi cuerpo rondando y los labios secos por falta de deshidratación.
Siento dos miradas en mí pesadas, que no dejaban de mirarme. Entonces, lo miré. Ambos conectamos entre sí y me pongo de feliz por haberlo visto. Pensé que estaba muerto o se había ido a otro lugar pero veo que no es así, y agradezco mucho eso.
Solo veo a Yi-kyeong por unos breves segundos, para que después se levante del piso y esté fuera de mi radar. Logró visualizar al bebé que me causó enfado hace unos segundos. Solo de verla o verlo, sé que no es un humano normal, es uno "infectado".
Trato de levantarme del piso pero mis piernas flaquean en el intento. Caigo al piso y mi trasero es el que recibe el golpe. Jadeo un poco del dolor, si que es horrible. No pensé que estaría más débil de lo normal.
— ¿Estás bien? — me habló.
— Solo, tengo que tomarme mi tiempo — se arrodilló frente a mí con sus ojos preocupados.
Es la primera vez que los veo así desde que salimos de Green House.
— Entonces... ¿Él o ella es el bebé de...? — traté de formular la pregunta pero él la acabó por mí.
— Si — masajee mi sien tratando de ordenar mis ideas.
— El bebé la salvó, literalmente — susurré humectandome mis labios con mi propia saliva.
— Estás temblando. Ten — estaba por quitarse su playera pero lo detuve.
— Vamos más despacio — sonreí con doble sentido.
— ¿Eh? Te vas a congelar — hizo un ademán confundido.
Olvidé que es Coreano.
— Ahorita buscamos una prenda por ahí. Primero debemos pensar en el bebé — asintió volteando a verla —. ¿Lo abandonó? — miré al horizonte tratando de divisar a Yi-kyeong.
— Supongo — miró triste al bebé.
Ya que logré pararme con ayuda de Hyun-soo, y no fallar en el intento, caminé a la criatura frente mío. No porque sea uno de ellos tiene que ser igual, como Soo.
— Ven. No llores — la tomé entre mis brazos cargándolo —. Debemos de conseguir comida, de lo contrario no podrá sobrevivir — me miró extrañado, sabiendo que es uno de ellos —. O bueno, supongo que será así. No lo sé, no me veas así — ambos reímos.
— Está bien. Vamos a buscar un lugar donde no haya frío — asentí caminando aún temblando —. Pero primero hay que conseguirte ropa.
