Seducción

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 7

Al mediodía, mamá pasó por mí, y por suerte, ya estaba lista. Me vestí de manera casual y bonita, utilicé solo un poco de maquillaje y recogí mi cabello.

Cuando llegamos al lugar, era un restaurante muy bonito con vista al mar. Al llegar a la mesa, fue toda una sorpresa. Vi a Marcus, Lissa y mi amiga Clara. Todos me abrazaron y felicitaron; sentí mucha emoción. El regalo de mi amiga Clara fueron dos entradas para ir a ver a mi cantante favorito, The Weeknd.

Pasamos un momento agradable y de calidad. Luego de ahí, fui a casa a descansar un poco y esperar la hora en que saldría con Aaron.

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¡Qué bonita me veo con este vestido! Creo que llevaré el pelo suelto, usaré mi perfume más sensual y esas zapatillas tan hermosas que mi querido Marcus me regaló.

En la casa solo estaban las chicas del servicio, la cuidadora de Lissa y yo. Salí en mi auto activando la ubicación para saber dónde quedaba el lugar al cual Aaron me citó.

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¡Qué bonito lugar! Es diferente, un restaurante, pero la temática es totalmente distinta a la de los demás. Su decoración es de mucha vegetación. Todo es precioso.

Al entrar, noté que Aaron estaba en una mesa solo. De lejos, le tiré una mirada coqueta mientras me iba acercando.

— ¡Que bella estás! — halagó.

Me puse un poco nerviosa.

— Gracias, igual tú, estás muy guapo.

Tomé asiento, pedimos algo de comer y todo estaba delicioso ya que el restaurante era italiano. Entre risas y risas, llegó un momento confuso.

Pov: Aaron

Miré hacia la entrada principal del restaurante. No puede ser, ¿qué hacía Cora allí?

— ¿Aaron, qué pasa? ¿Pasa algo? — preguntó Irina.

Me quedé en silencio asimilando.

— Aaron, ya basta, ¿qué pasa? — volvió a hablar Irina, sacándome de mis pensamientos ante esa llegada inesperada.

Volví a mirar hacia Cora, notando que ella ya me veía y se estaba acercando a mí.

— Cielos — murmuré.

Pov: Irina

Una chica rubia muy bonita de unos veinte y tantos años se acercó a nuestra mesa y, sin apenas decir una sola palabra, noté la incomodidad de Aaron.

— Buenas noches — habló la chica con una voz extraña.

— Buenas noches — hablé.

— Cora, ¿qué haces aquí? — preguntó Aaron.

— Ah, se conocen — hablé.

— ¿No me vas a presentar a tu novia? — habló la chica.

— Cora, puedes marcharte.

La mujer extendió su mano hacia mí.

— Mucho gusto, mi nombre es Cora Jade Eloide, la ex prometida de Aaron — habló con tono sarcástico.

Mi cara cambió totalmente.

— Basta, Cora, márchate — ordenó Aaron.

— Un gusto, yo soy Irina Elinor Thomas. La amante — le guiñé un ojo — si gustas, puedes sentarte — hablé sarcástica.

La mujer se incomodó, se acercó a Aaron como si fuera a decirle algo, pero no, plantó un beso en su mejilla.

Aaron se levantó molesto y se fue hacia el balcón a hablar con esa mujer; desde lejos, podía notar que estaban discutiendo.

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— Cora, ya hablé contigo, ya sabes que no me interesas, haz tu vida y déjame hacer la mía — hablé con autoridad.

— ¿Es por ella, no?

— No, no es por Irina, ella no tiene nada que ver. Es porque la realidad es esta.

— ¿Estás saliendo con esa zorra, no? ¿Por eso viniste a esta ciudad, no?

— No me interesa seguir esta conversación, esta es mi última advertencia, Cora. Aléjate de mí.

— Te voy a hacer la vida imposible a ti y a la mujercita esa — amenazó.

— No te atrevas a meterte con Irina o ya me vas a conocer.

...

— Mejor vámonos a otro lugar — me habló Aaron.

— Aaron, quiero estar a solas contigo — hablé.

— ¿Quieres que te lleve a mi casa? Ya está lista y quedó preciosa; me gustaría que me des tu punto de vista.

Sonreí ingenua y acepté; dejé mi auto en una cochera y me marché en el auto de Aaron.

— ¿Quieres hablar de lo que pasó allá adentro? — pregunté.

— Cora fue mi pareja, nos comprometimos y no funcionó — explicó con brevedad.

Luego de un rato de silencio, puse música y sí, The Weeknd "Call Out My Name".

— Te compré un regalo.

— No debiste molestarte... la cena fue suficiente.

— Está en el asiento de atrás; tómalo — ordenó

Cuando abrí esa cajita, me quedé atónita por un momento.

— ¡Nooooo! Aaron, gracias de verdad, me encanta, está bellísimo, gracias.

Vi una sonrisa en su rostro que nunca antes había visto.

— Sonríes muy bonito; debería hacerlo más seguido — hablé.

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Cuando llegamos a la casa de Aaron, sentí nervios.

— Quedó preciosa — hablé.

— Sí, solo faltan algunos detalles, pero ya está casi lista por completo — explicó.

Subimos las escaleras hasta llegar a una enorme habitación que estaba bellísima.

— ¿Esta sería mi habitación, qué te parece? — preguntó.

— Me parece linda, pero lo importante es que te guste a ti.