Superhéroe| Pablo Gavi +18

VII

Narra Aixa.
Hoy empezaba a trabajar en la gestoría y estaba de los nervios, habían pasado ya dos semanas de las llamadas de mi madre y Raúl y no había habido ningún inconveniente más. La relación entre Gavi y yo iba genial, éramos uña y carne y me trataba como una verdadera reina siempre. La noche anterior me había pedido ser su novia, obviamente le dije que sí. Es el chico que más ha demostrado quererme y en tan poco tiempo, fue un flechazo.

-Nena venga que se te hace tarde y nosotros tenemos que entrenar, así te dejamos con tiempo en el trabajo dijo Gavi entrando en la habitación donde yo me estaba acomodando el pelo por enésima vez. Se dio cuenta de mi nerviosismo y se acercó.

-Cielo, lo harás muy bien, ya lo verás -me abrazó por detrás y me dio un besito en el cuello, a lo que yo asentí y sonreí.

Bajamos de la mano hasta el salón, dónde estaba Pedri esperándonos.

-Vamos tortolitos que la gestoría de la señorita Rodríguez está en dirección contraria a la que vamos -dijo riéndose.

Los tres nos subimos al coche y pusimos rumbo a mi trabajo con la música a todo volumen. Cuando estábamos llegando Pedri la bajó.

-Bueno señorita, ya hemos llegado-dijo mirando el edificio.

-Estoy nerviosa, es un puesto de trabajo increíble-dije nerviosa.

-Amor lo harás genial, te lo aseguro-dijo Gavi besándome a lo que yo asentí y me bajé rápido del coche para que no los vieran, ya todo el mundo conocía el Maserati de Pedri y el Cupra de Gavi. Una vez fuera, me despedí con la mano y ellos arrancaron.

Entré en el edificio y pregunté en recepción por la mujer que me había entrevistado, fue a llamarla y minutos después apareció la dueña de la gestoría, Belén.

-Aixa!! Hola querida! Te estábamos esperando, bienvenida cariño-me dijo cariñosamente a lo que yo sonreí algo nerviosa.

-Como te dije por teléfono, cada asesor normalmente trabaja con un abogado, te presentaré con el que trabajarás tú.

Ambas subimos en el ascensor hasta que llegamos a la puerta de una oficina, Belén abrió la puerta y seguidamente casi me desmayo al ver a la persona que iba a trabajar conmigo, estaba apunto de llorar cuando Belén habló de nuevo.

-Este es Raúl, también es nuevo, sólo lleva unos días.  -Raúl se levantó sonriente, el hijo de puta ya lo sabía, y se acercó a nosotras, yo temblé del miedo, él lo notaba y lo peor es que parecía encantarle eso.