Capitulo 4

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Un olor a cerveza inunda mis fosas nasales cuando abro la puerta del Cúspide. Estaba abarrotado, normal era viernes y en la zona hay sobre todo gente joven.

Observo el interior desde la entrada con Harper a mi lado. La gente está bailando la música de moda de manera insinuante, otros están pegados a la barra bebiendo, riendo y pidiendo, y yo no estoy segura de querer estar aquí.

—¡Allí!, ese es Dan. —Grita Harper a mi lado señalando el fondo.

Asiento con calma mientras cojo su mano para ir hasta allí. Efectivamente, Dan está de pie hablando con David mientras bebe de un vaso de color dorado y ríe llamando la atención de las chicas de alrededor.

No puedo decir que Dan sea feo, porque mentiría con toda la boca. Su metro noventa, con su trabajada espalda, su piel bronceada siempre, con el pelo y los ojos negros, siempre llaman la atención, por no hablar del enorme tatuaje que adorna su brazo. Quien diría que es psicólogo.

Nos acercamos esquivando cuerpos sudorosos, y recibiendo demasiadas miradas masculinas. No me gusta llamar la atención, es algo que aprendí de mi ex pareja, y que me inculcó como si fuera un perro amaestrado.

—Quita esa cara. —Oigo decir a Harper a mi lado —. Llamas la atención porque eres guapa, así que, sácate de la cabeza las estupideces que te dijo Ben, o tendré que sacártelas a la fuerza.

—Es que...

—Es que nada. Levanta la jodida cabeza y camina con seguridad y una sonrisa.

Suspiro mientras obedezco a Harper, y cuando llego a Dan, tapo sus ojos con mis manos.

—Madre mía Blue, reconocería ese perfume en todos los sitios. Pensaba que no ibais a venir.

—Son las nueve y media de la noche Dan. —Contesto poniendo morros de pato mientras me pongo frente a él.

—Joder Blue, estas...

Observo como intenta encontrar las palabras mientras me mira de arriba hacia abajo. Este tipo de miradas de cualquier otra persona, me hacen encogerme, pero de Dan, solo me hacen sonreír como una estúpida mientras veo como lucha entre ser amable por los años de amistad o dejar salir al ligón que tiene en su interior.

—Preciosa. —Su voz llega desde detrás de Dan mientras me tiende una copa con un líquido transparente—. Despampanante o exuberante. Pon los adjetivos que quieras, con ella valen todos.

—Gracias Liam. —Llevo el vaso que me ha dado hasta la boca y saboreo mi ginebra —. Aun recuerdas lo que bebo.

—Siempre. —Sus ojos azul claro se clavan en los míos, y noto el corazón latir con fuerza —. Son demasiados años.

Vuelvo a beber por el hecho de mantenerme ocupada con algo intentando evitar este momento incómodo entre nosotros, y es cuando me doy cuenta de que Dan nos observa con una ceja levantada mientras intenta contener una sonrisa.

—Sois imbéciles, los dos.

—Gracias Dan, yo también te quiero.

—Oh, eso lo se nena.

Camino cerca de Harper que tiene una copa en la mano, y comienzo a moverme al ritmo de la música con ella. No es nada sensual, simplemente somos nosotras dos pasándonoslo bien sin pensar en ligar o en que hacemos el ridículo.

Elevo mis manos por encima de la cabeza y muevo mi cuerpo al ritmo de la música mientras me rio sonoramente con Harper que baila enfrente mío con unos movimientos realmente imposibles.

Nunca entenderé que pueda mover de esa manera las caderas sin rompérselas, a su lado soy un jodido palo de escoba tieso y sin ritmo.

Dos horas después estoy sudada y llevo dos copas. Copas que han aparecido en mi mano gracias a Liam sin pedirlas. Sigo bailando con Harper mientras noto como empezamos a acaparar demasiadas miradas. Las primeras, las de Liam, Dan, David y Danny.

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