Capitulo 7

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Íbamos por la segunda película de la saga de Saw. En la primera había conseguido no tumbarme hasta el final. Pero mantuve mis piernas encogidas hasta que Liam tiró de ellas y se las puso encima.

Llevaba una hora acariciándome los gemelos y recorriendo con sus dedos la distancia entre mis dedos y mi rodilla. Cada roce me tensaba y hacía que una corriente eléctrica me recorriera la columna vertebral.

Me había esforzado mucho por olvidar lo bien que se sentían sus caricias, y lo calmada que estaba cuando se encontraba cerca. Me había esforzado demasiado en enterrar algo que me encantaba y me había esforzado demasiado prometiéndome a mí misma que esto no iba a volver a pasar.

—Me ha gustado tu ataque de celos. —Giro lentamente mi cabeza para mirarle.

—¿Qué ataque de celos?

—El ataque que te dio anoche cuando me viste con chicas en una discoteca.

Si, había olvidado que estaba al otro lado del teléfono mientras ardía por dentro de celos y se lo escupía a Dan en la cara.

—No estaba celosa. Exponía un hecho. —Vuelvo a mirar la película.

—Estabas celosa, y me ha encantado. —Aprieta levemente mi muslo haciendo que vuelva a mirarlo —. Me consuela no ser el único que los tiene.

—¿Celos tú?, de que Liam por favor, —resoplo frustrada. Siempre hace ese tipo de cosas —, primero, no somos nada, segundo, yo no tengo una vida tan agitada como la tuya y tercero, no eran celos, solo una observación.

Le mantengo la mirada mientras tengo mi cuerpo elevado sobre mis codos en el sofá. No quiero moverme, no quiero dejar de tener las piernas encima suya, y por supuesto que no quiero que Liam deje de acariciarme.

Se inclina hacia mi quedándose a pocos centímetros de tocar mi nariz con la suya. Puedo oler su perfume, y noto el calor de su mano apoyado en el reposabrazos del sofá.

—Primero, para mí siempre serás algo, segundo, era el conductor asignado en el cumpleaños de Cassie y tercero, —se vuelve a acercar provocando que su nariz rozara con la mía —, cada vez que pienso que has estado con alguien este tiempo, los celos me comen.

Sus ojos van de mi boca a mis ojos y noto su respiración acelerada y los latidos de su corazón demasiado sonoros, aunque también es posible que fueran mis propios latidos los que oigo de manera descontrolada.

Había decidido quedarse estático, mantener los escasos centímetros que separaban nuestros labios, pero su nariz tocando la mía. Estaba esperando; esperando a que yo dijera o hiciera algo, y la triste verdad es que me había paralizado como los conejos en la carretera cuando les da la luz de un coche.

Podría decirle que él se fue, que me dejó otra vez y que yo creí encontrar a la persona que me haría olvidarle, pero que me equivoqué porque cada vez que discutía con Ben, la persona que venía a mi mente era él.

Comienza a rozar su nariz con la mía de manera muy suave mientras su mano, aprieta mi muslo pidiéndome que reaccione. Y no puedo evitarlo más. Reacciono. Mi cerebro deja de pensar y acabo con la distancia que separaba mis labios de los suyos.

Lo beso. Después de tres años, vuelvo a sentir la suavidad y la calidez de sus labios sobre los míos. Conocía demasiado bien sus labios y conocía demasiado bien su manera de besar. Muerdo su labio inferior y la reacción en él fue inmediata. Coge mi cintura y me mueve hasta dejarme sentada a horcajadas sobre él.

—Te echaba de menos Blue. —Susurra en mis labios antes de volver a besarme.

Contesto con un gemido que se pierde en el beso. Noto sus manos acariciar mi espalda por debajo de la camiseta y su lengua enredarse con la mía mientras mis manos tiran de su pelo y bajan hasta su cuello.

BluebirdWhere stories live. Discover now