Capitulo 9

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Odiaba que me despertaran, y más si era fin de semana. El viernes le vendimos a Shasa la idea para el yogurt de la muerte, y la encantó. Se atribuyó el mérito y lo puso a su nombre. Desde luego no íbamos a llevarla la contraria. Sino triunfaba, que era lo más probable, la mala imagen seria solo de ella.

Giro perezosamente en la cama. Empezaba a hacer calor, y la sábana estaba tapando una de mis piernas. Yo seguía durmiendo con mis calcetines de felpa calentitos y mulliditos. Tener los pies fríos en cualquier época del año era realmente un fastidio.

Me siento en el borde de la cama frotándome los ojos y secándome la baba que tengo en la mejilla izquierda. Maldigo a mi nuevo compañero de piso, porque desde luego las risas venían de la cocina y era aún muy temprano. Las nueve de la mañana de un sábado cualquiera de junio.

Arrastro mis pies por el suelo y llego a la cocina sin ningún problema. No miro nada más que a la cafetera, y en mi estado automático, me da igual que las risas y las voces se han callado en el momento en el que aparezco.

—Solo quiero café. Puedes seguir con tu reunión de amigos jode sábados.

—Vamos a ir a hacer pádel surf. ¿Quieres venir?

—Dan, te quiero, pero sabes que soy de secano.

Acerco mi taza rebosante de café y doy un gran sorbo cerrando los ojos placenteramente. Que rico está. Con leche y un par de cucharadas de azúcar. Placer adulto.

—Ya sé que eres de secano, pero dos fines de semana seguidos en casa...

—Me pondré al día con las series.

Me siento sobre la encimera y por fin me doy cuenta de todo el mundo que había en mi cocina. Bueno todo el mundo, estaba Harper, una chica rubia monísima que parecía bastante joven y un chico castaño claro con barba. Si los conocía no los recordaba.

Oigo como se abre la puerta de casa, y mis ojos se deslizan de manera instintiva hasta la entrada. Solo de notar como mi corazón comienza a golpear contra mis costillas de manera desesperada, sé de quien se trata. Daría lo que fuera por poder controlar la reacción de todo mi cuerpo cada vez que él está mínimamente cerca.

—Traigo donuts y gofres para quien los quiera.

Suelta las llaves con una mano sobre la isla, con demasiada facilidad, como si estuviera acostumbrado a dejar las llaves de mi casa sobre el mismo sitio a diario, mientras que con la otra deja las bolsas llenas de bollos que huelen de maravilla.

Disimular no es algo que se me dé extremadamente bien, de hecho, la gente que me conoce dice que soy demasiado expresiva, y cuando veo como Liam abraza por detrás a la chica misteriosa y la besaba en la mejilla, manteniendo la mirada sobre mí, tengo bastante claro que mi cara refleja las ganas que tengo de tirarle el café ardiendo y después apuñalar uno de sus preciosos ojos azules con un tenedor, pero tengo orgullo, no mucho cuando se trata de él, pero pienso sacarlo a flote e ir construyendo más para este tipo de ocasiones, así que me obligo a estirar mi espalda y poner mi mejor sonrisa como si no me importara en absoluto lo que estoy viendo.

Joder si pudiera estallaría envuelta en fuego y lanzaría bolas humeantes y ardientes a mi alrededor para que se separara de ella en este mismo instante.

—Buenos días Blue. ¿Quieres un donut?

—Gracias Liam, pero creo que paso. —Bajo de la encimera y me arrepiento al momento de haber salido de mi cueva con el pijama. El pantalón es tan corto que se me ve la mitad del trasero —. Creo que iré a dormir un rato más.

No había visto a Liam desde hacía dos semanas. Yo seguía esperando unas disculpas por lo de Sofia, y también por provocarme un ataque de pánico en la cocina. Vale, no todo era culpa suya porque efectivamente, podía quedar, acostarse y hacer lo que quisiera con cualquier chica que se cruzara en su camino, aunque yo me muriera de celos y quisiera sacarme los ojos con unas cucharas de postre, no podía reclamarle nada. Y también tenía claro que mi ataque de pánico fue provocado sin querer. Ni siquiera sabía que sufría ese tipo de ataques, así que realmente tampoco podía culparle porque me provocara uno de manera involuntaria.

BluebirdWhere stories live. Discover now