✺ CAPÍTULO 4 ✺

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Rick no recordaba haber probado un marisco tan exquisito como aquel en su vida

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Rick no recordaba haber probado un marisco tan exquisito como aquel en su vida. El cangrejo de su plato podría haber estado vivo que le habría arrancado las pinzas de igual manera para succionarlas con ansia; por no hablar del interior de su caja torácica, cuyo sabor y textura eran insuperables. Su paladar se deleitaba con cada alimento expuesto en la extensa mesa del comedor de los Fletcher bajo la atenta mirada de todos los allí presentes, que le creían un muerto de hambre por sus formas de engullir como si no hubiera un mañana.

Augustus Fletcher, escandalizado ante aquel espectáculo, se veía incapaz de reprimir sus muecas de desagrado con cada sonido proveniente de la succión del cangrejo que Rick profería. Su entrecejo terminó de fruncirse cuando el joven chupó uno a uno sus dedos para no malgastar ni una sola gota de aquel divino manjar.

Un par de codazos en las costillas llamaron la atención de Rick, que, ajeno como estaba ante todo lo que le rodeaba, levantó su cabeza del plato y enfrentó a la persona que había osado molestarlo. Dio con los ojos de Samantha, la cual le hacía sutiles gestos con la cabeza para que fuera consciente de que todos lo estaban observando.

Limpió las comisuras de sus labios con una servilleta y percibió la mano de la señora Fletcher sobre la de su marido en un intento por calmar sus nervios. Walter parecía divertido con la escena, preguntándose cómo habría ido a parar Samantha con un tipo con tan poca clase como aquel.

—Delicioso —comentó Rick, que creyó haber sido un maleducado por no haber hecho comentarios al respecto antes—. Permítanme felicitarles por estos víveres que han tenido a bien ofrecernos en la noche de hoy. Son sin duda unos fabulosos anfitriones, señor y señora Fletcher.

—Nos alegra que estés disfrutando de la cena, querido —respondió la señora Fletcher con amabilidad—, ¿no es así, amor mío? —añadió sonriendo a su marido, el cual no conseguía apartar su mirada de desprecio hacia el joven.

De un solo vistazo, Rick pudo advertir que los Fletcher no eran como las típicas familias de clase alta que solía cruzarse por el Upper East Side, sino más bien como personas que empezaron desde lo más bajo y fueron escalando puestos en la sociedad hasta obtener la reputación necesaria para consagrarse como una familia de prestigio.

La señora Fletcher era una mujer recatada, que vestía con las más lujosas telas del mercado, aunque su personalidad dulce y apacible contrastaba con la apariencia de mujer empoderada y mantenida que se creía por encima del resto por su posición. Las cicatrices antiguas de sus manos sacaban a relucir que antaño fueron utilizadas para afanar en el campo, o tal vez con algún tipo de maquinaria de fábrica.

La postura erguida del señor Flecther denotaba incomodidad, como si se estuviera viendo obligado a no encorvarse sobre la mesa rindiéndose ante su propio peso, que no era poco. Era un hombre robusto y de pelo canoso. Al contrario que su esposa, él sí se creía con la potestad suficiente como para poder mirar por encima del hombro a cualquiera que no considerase su igual.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Dec 21, 2023 ⏰

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