𝐂𝐚𝐩. 𝟓

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Sunghoon.

─ Relájate. Toma mi cuerpo como más quieras, tócame y besa donde se te antoje. Por hoy soy todo tuyo.

Tragué saliva fuertemente al escucharlo hablar de una manera tan desvergonzada y fresca que me quede quieto por un momento.

«Haz algo» me dije a mí mismo. Pero ni siquiera cuando Jake retomó el ritmo entre nuestras bocas pude inmutarme.

Era como si mis manos se hubiesen quedado pegadas al colchón, mi boca se movía en torpemente en sincronía con la de Jake sin embargo, mis ojos permanecían abiertos en algún rincón de mi habitación. Mi pantalón empezaba a apretarse en la entrepierna y a este punto ya no pude ser capaz de controlar mis feromonas.

La tensión sexual en la habitación aumentaba con cada movimiento de labios. Él aún estaba sobre mi regazo, disfrutando del momento y besándome como si la vida se le fuese en ellos. Por un segundo no pensé en nada más que lo bien que besaba, y lo rico que se sentían sus labios rozándose con los míos. Jamás me había vuelto tan adicto a algo, no hasta este momento en el que fui capaz de comprobar y experimentar lo adictivo que era Jake Shim sus carnosos y deliciosos labios.

Finalmente decidí recordar a mí mismo quien era el que realmente debería tomar el control de la situación. Me dije a mí mismo que si continuaba en una posición pasiva y tímida él descubriría la verdad, de manera que me tragué mis nervios y sin saber de dónde saqué tanta valentía; quité su camiseta acariciando su piel tan fina y suave como la seda.

Guié mis dedos hacia sus pezones, apretujándolos y escuchando los melodiosos jadeos salir desde la boca de Jake, por supuesto, siendo ahogados por el beso que desde un inició no tuvo fin. Incluso si mi respiración se acababa no importaba, quería mantener mis labios pegados a los suyos y disfrutar del dulce sabor de su boca.

Él tenía sus manos y dedos jugando con mis mechones largos de cabello en mi nuca, mientras que mis manos acariciaban cada centímetro de su piel en su torso y espalda. Percibí fácilmente bajo el tacto de mis dígitos que Jake poseía Hoyuelos de Venus en su espalda baja y en su abdomen una línea V-también conocido como — El cinturón de Adonis — que se formaba desde su músculo recto. Entonces me puse a pensar, ¿existe algo que Jake no tenga y que lo haga lucir más bello de lo que ya es?

─ Eres precioso. ─ susurré por lo bajo, mi voz tornándose ronca debido a la excitación.

Él arqueó su espalda cuando atrapé sus pezones rosados entre mis dientes y labios. Succioné estos provocándole a Jake espasmos que claramente pude sentir.

─ Mhmm. ─ gimoteó él rodeando mi nuca con sus delgados brazos.

Tomé esto como una oportunidad para cargarlo y depositarlo dulcemente sobre el colchón. Él se dedicó a mirarme en lo que yo quitaba mi camiseta para estar en las mismas condiciones.

Jake descendió sus dedos por mi abdomen, delineando cada músculo sobre este — realmente no tenía el abdomen muy trabajado que digamos, me mantenía en forma —.

Mis dedos se aferraron al borde de sus pantalones, con mi lengua pasándose por su torso hasta llegar a su ombligo. Mis manos tiraron de su pantalón hasta abajo cuando desabroché los botones sin tomarle importancia a la rudeza y brusquedad que había tomado.

Me sorprendí por mi mismo, pues por un momento olvidé la nula experiencia que tenía en el acto sexual. Sonreí con orgullo al seguir escuchando los suspiros de gusto provenientes de Jake y verle retorcerse bajo mi tacto enorgullecía mi ego.

─ Se siente bien. ─ gimoteó Jake cuando besé sus muslos blanquecinos, dejando alguna que otra marcara púrpura en ellos.

Todo iba tan bien hasta este punto, quité mis pantalones de igual manera a petición de Jake, sin embargo, los nervios regresaron a mí cuando quité su ropa interior.

¿Ahora qué?

Me quedé estático pensando en que lo que continuaba era la dilatación. Lo sabía gracias a la charla de educación sexual de mis padres en una noche en la que ambos se encontraban ebrios y aprovechando la ocasión para avergonzarme a más no poder.

─ ¿Sunghoon? ─ preguntó él confundido; apoyándose en sus codos para poder inclinarse y mirarme. ─ ¿Sucede algo?

Yo sonreí tímidamente, las feromonas de Jake no me permitían pensar en algo coherente con claridad y cegaban mi mente por completo. No estaba sintiéndome con la capacidad de actuar de la manera más congruente según la situación y mucho menos de dar el siguiente paso. Pero lo hice.

─ ¡Amhg, Sunghoon!

Jake gimió cuando tomé su miembro entre mis manos, moviendo mis dedos de arriba a abajo. Tan solo con el tacto conseguí estimularlo, y fue suficiente para darme cuenta de que jamás en su vida había tenido una experiencia cercana a lo sexual.

Al igual que yo, por supuesto.

─ ¿Se siente bien? ─ pregunté presionando la punta para confirmar que lo estaba haciendo de la manera correcta.

─ Se siente jodidamente bien.

─ A esto se le llama masturbación. Es básicamente estimular las zonas erógenas con la mano y proporcionar un goce sexual sin la necesidad de la ayuda o roce con otro individuo.

Él asintió, dándole a entender que había entendido. No había dejado de gemir desde que inicié con mi movimiento de manos en su entrepierna. Succioné la punta, pasando mi lengua por el glande y logré sentir el sabor del líquido preseminal.

Tomé sus piernas, jurándolas y llevándolas hacia su pecho. Dejándolas ahí para poder tener acceso hacia su entrada, la cual chorreaba de lubricante.

Mi Alfa en mi interior no pudo contenerse. Jake había empezado a soltar más feromonas de lo normal, el líbido aumentaba en nuestros cuerpo y lo supe perfectamente por la manera en la que él se retorcía incluso sin que estuviera tocándole. La erección en mi ropa interior apretaba y empezaba a doler, ansiaba liberarme y poder satisfacer el intenso e insistente deseo sexual; sin embargo, aún debía esperar.

─ Te dilataré. ─ establecí, acomodándome mejor sobre el colchón para luego llevar mis dedos hacia su entrada y rozar por encima de esta. ─ Meteré un dedo, luego dos y asi sucesivamente hasta que sean tres. ¿Está bien?

Le miré fijamente para esperar una respuesta afirmativa pero Jake se dedicó a mirarme con temor.

─ ¿Dolerá?

Ni siquiera yo mismo tenía una respuesta a ello por lo que me limité a responderle con un “Tranquilo, iré lento”.

Inserté un dedo el cual resbaló fácilmente dentro suyo gracias al lubricante que chorreaba por su entrada. Empezaba a volverme loco y desesperarme por estar dentro suyo.

Finalmente, tres de mis dedos estuvieron dentro suyo y el empezó a gemir indicándome que quería más. Así lo hice, mis dedos iniciaron un ritmo de adentro hacia afuera y en círculos en su entrada. Jake se limitaba a gemir, apretando las sábanas debajo suyo y tirando de estas gracias al placer.

─ ¡Sunghoon! ─ era lo único que salía de su boca junto a sus gemidos.

─ ¿Te gusta?

─ Más, más por favor. Se siente tan bien, tus dedos se sienten bien.

Aumenté el ritmo, a tal punto que las embestidas de mis dedos se habían vuelto bruscas y Jake no había dejado de gemir agudamente, escondiendo su rostro entre sus pequeñas manos.

─ Sunghoon, c-creo que quiero ir al baño.

─ Relájate, no quieres ir al baño. Estás a punto de correrte.

─ ¿C-correrme? ¡Ah, Sunghoon! ¡Para, para, por favor o me haré pipí aquí mismo! ─ chilló y yo no pude evitar soltar una risita.

Toqué su próstata con mis dedos, los anillos de metal en mis dedos habían chocado con sus glúteos y él soltó fuerte gemido agudo — que parecía más un grito — cuando liberó tiras de semen en su abdomen. Suspiró cansado, dejándose caer y balbuceando algo entre dientes que no pude entender.

Tragué saliva una vez más sabiendo que ahora venía la peor parte.

𝗡𝗘𝗥𝗗𝗬 𝗖𝗟𝗔𝗦𝗦 » 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗷𝗮𝗸𝗲Where stories live. Discover now