𝐂𝐚𝐩. 𝟔

408 55 4
                                    

Jake.

Por primera vez en mis 18 años de vida había experimentado un orgasmo y las miles de sensaciones inexplicables que venían después de ello. No iba a negar que se sentía increíblemente bien; la manera en la que un sentimiento extraño en mi estómago se formaba, un nudo en mi garganta por querer gritar y mi manos apretujándose en puños por el inmenso placer en mi pequeño y delgado cuerpo. Pero no era suficiente, quería más, el lobo dentro de mí quería más de Park Sunghoon.

─ Alfa... ─ empecé a gimotear y jadear en busca de más contacto. Mi lobo interior lo buscaba, necesitaba de su marca, de su nudo. ─ Te quiero a ti, Alfa. Por favor.

No estaba consciente de mis palabras en ese preciso instante en el que mi cuerpo solo reaccionaba por inercia. Cada toque de Sunghoon e incluso sus besos se habían quedado grabados en mi mente, quemando sobre mi piel de manera exquisita y adictiva. Jamás se me hubiese cruzado por la mente lo maravilloso que es estar bajo su merced, aspirando su excitante aroma y su ronca voz que conseguía erizar los vellos de piel de tal manera que me dejaba estupefacto.

Y quizá toda esta montaña rusa de emociones y sentimientos no tenía otra explicación más que el motivo por el cual era sencillamente mi primera vez compartiendo intimidad con alguien y el hecho de que mi cuerpo ansiaba poder unirse y ser uno sumo junto a Sunghoon. Pero estaba bien porque por alguna razón se sentía bien y correcto que mi primera vez sea al lado de Sunghoon.

Abruptamente, él tomó mi cuerpo — el cual en estos momentos flaqueaba como si se tratase de algún objeto sumamente frágil que tan solo con un roce pudiese quebrarse —; dejándome en una posición en la que me encontraba de piernas abiertas frente a él y en la que estaba seguro de que me veía completamente sumiso ante él. Y así era precisamente como me sentía: sumiso. Mi Omega quería entregarle cada parte de mí, quería que me marcara y podía sentirlo perfectamente gracias a ese cosquilleo que empezaba a formarse por cada zona de mi cuerpo y por la manera en la que no había dejado de chillar, gimotear y retorcerme con el mínimo tacto o roce en el que nuestros cuerpos se encontraban.

─ No puedo más. ─ gruñó roncamente con su rostro escondido en la curvatura de mi cuello, mordisqueando mis clavículas y aspirando el aroma que emanaba.

Le di la razón apretujando sus hebras azabaches con mis manos sudorosas. Yo tampoco me sentía capaz de aguantar un segundo más así.

Mi mandíbula adquirió una rigidez espasmódica apenas sentí el bulto entre su entrepierna chocar contra mis glúteos y mis voluminosos muslos. Mientras tanto él tomó una de mis manos, entonces entendí que trataba de darme seguridad; sabía desde ahora qué podía confiar en él en todo momento y agradezco infinitamente que no sea un Alfa el cual tan solo buscaba el placer propio.

En varios intentos quiso adentrarse en mi interior y fallando en el intento torpemente. Por un momento me desconcentré, restándole importancia a todo. Hasta que de a poco su miembro fue ingresando en mi interior, resbalando con facilidad gracias al lubricante que brotaba de mi entrada.

Solté un fuerte gemido cuando me encontré confundido y sorprendido por esta nueva sensación tan placentera y exquisita. Él estaba tomándome tan cuidadosamente y con una pizca de afinidad que mi mente solo podía pensar en una sola cosa: quería su marca.

─ ¡Alfa! ─ era lo único que pronunciaban mis labios reiteradas veces. Él moviéndose en un vaivén desmañado sin embargo, era lo de menos. ─ ¡Sí, dios, sí! Alfa... se siente tan bien.

─ ¿Lo hago bien? -preguntó él inocentemente. ¿Por qué hacía una pregunta como esa en momentos como este?

─ Solo... sigue. ─ hablé entrecortadamente cuando su pene tocó aquel punto de placer.

𝗡𝗘𝗥𝗗𝗬 𝗖𝗟𝗔𝗦𝗦 » 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗷𝗮𝗸𝗲Место, где живут истории. Откройте их для себя