CAPITULO 5: Melodía estridente en la oscuridad

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—Y entonces le dejé en su sofá como pude... lo complicado fue vendarle el torso, me daba un poco de cosa teniendo en cuenta que casi no le conozco... Pero, era eso o su familia se asustaría. En cuanto despertase la herida se habría curado...espero.

—Pero... ¿Hubo beso o no hubo beso? —respondió Kiara, tras salir del trance mientras escuchaba la historia atentamente, apoyando su cabeza en sus manos mientras se tumbaba en la cama de Kai—. Es lo que queremos saber.

—Ella lo ha dicho primero... yo solo lo he pensado —añadió Aura, la cual estaba sentada al lado de Kiara.

— ¡De que vais! ¡Que no era una cita! —respondió Kai elevando la voz, su rostro formaba una expresión estoica—. ¿Cómo va a ser una cita si ni siquiera tengo su número? El si tiene el mío y no se ni como...

Hubo un silencio durante unos segundos, tiempo suficiente para que Kiara mirase para otro lado, con una leve sonrisa mientras bajaba el labio inferior, dando una imagen un tanto cómica.

—Kiara... ¿tú no habrás tenido nada que ver cierto? – dijo Kai mientras arqueaba la ceja derecha.

—Y...Yo que va bro, si yo... —el tono de Kiara era cada vez menos creíble, hasta que fue interrumpido por Kai de nuevo.
—La madre que te pario... —dijo Kai mientras se levantaba de la silla tapándose la cara, no lograba procesar todo.

— ¡Tío! —elevó la voz Kiara, mientras movía los hombros y manos con un gesto de duda—. ¿Qué querías que hiciera? Cuando te fuiste a reponer dulces en el festival, me pregunto que si le daba el número que blah blah blah... No esperaba algo tan repentino la verdad.

—Entonces todo lo que pusiste en el chat de su nombre de usuario... ¿Era invent? —dijo Aura después de un rato callada.

—Completamente —respondió Kiara sonriendo satisfecha.

Tras varios segundos de silencio, Kai se recompuso y los tres comenzaron a reír a carcajadas. Una situación que, dentro de lo malo, y la herida ya sanada de Yaito, fue graciosa y al menos ayudo a Kai a salir de su zona de confort y a tener algo más del que hablar. Tras varios minutos de conversaciones informales y cotilleos varios, Kai carraspeo la garganta y se levantó.

—Está bien... Kiara, es hora de que haga una pregunta bastante importante —inspiró fuerte, metiendo su mano en el bolsillo. El rostro de Aura estaba bastante sorprendido porque sabía que iba a ocurrir. Justo cuando Kai casi había terminado de sacar el amuleto, el sonido del telefonillo interrumpió por completo el momento.

— ¡Oh! Ya está aquí la cena... —dijo Aura sorprendida, mientras se levantaba de la cama.

—Voy —el rostro de Kai volvió a su modo natural, un tanto estoico, y guardó aquel objeto en su bolsillo del pantalón—. Aura los platos están en la estantería del fondo.

Kiara se quedo plantada en la habitación sola, sin saber muy bien que hacer. Escuchaba a Kai hablar con el repartidor y tras el sonido de la puerta cerrada, se incorporo para mirar si necesitaban ayuda. Tras unos minutos poniendo la mesa, los tres chicos cenaron tranquilamente mientras compartían unas pizzas. La noche fue tranquila y solo temas del instituto salían como conversación. Cuando cayó la medianoche, las dos chicas se despidieron de Kai en la puerta, siendo Aura la primera en bajar con la excusa de tirar la basura, dejando a los otros dos solos.

—Kai... ¿Qué me ibas a decir antes? —Pregunto Kiara. Esa pregunta llevaba rondando su cabeza desde entonces.

—Ah ...no nada, que si sabias algo de la cena que me moría de hambre —una leve carcajada salió de Kai tras responder, como para quitarle hierro al asunto. Pensando para sí mismo, que había salvado la situación.

Relatos de la luz primigeniaWhere stories live. Discover now